Raymond J. Wennier
raymondwennier@yahoo.com
En la discusión eterna de la formación de los alumnos de secundaria, se prioriza la preparación académica para entrar a la universidad. Se sobrepasa rápida y teóricamente la preparación para el trabajo. ¡Qué presión y qué carga para los alumnos de secundaria!
Entonces tenemos dos transiciones importantes en el proceso educativo de los alumnos, secundaria-universidad-trabajo. Esas transiciones están basadas en un modelo, opino, de “upward mobil”, que significa una progresiva dificultad en una educación íntegra de la persona completa, de un nivel al otro.
Para hablar de una preparación académica para el trabajo, creo que hay que verla al revés. Iniciar con los requisitos expresados acerca de los candidatos por los empleadores y ver cómo las universidades están cumpliendo con proveer a los estudiantes las buenas experiencias para hacer frente a esos requisitos. Luego hablar sobre cómo planificar experiencias para alumnos de secundaria, como tercera etapa y no la primera.
Las empresas como parte integras, activas, productivas en la sociedad, expresan sus necesidades con la esperanza de que sean atendidas por las universidades. Sin embargo, según Nuria Marín y otros autores, publicado en la Revista Forbes de noviembre de 2017, no es así.
“Para ellos, existe una total desconexión entre las aulas universitarias y lo que en materia de empleo se demanda actualmente y lo que se requerirá en el futuro, pues la dinámica y las habilidades que se exigen en las empresas son muy diferentes de las que suelen requerirse en la academia”. “…hay un acortamiento de la vida útil de los conocimientos y cambios en las habilidades demandadas. Según The Future of Jobs (Foro Económico Mundial, 2016), el tema es tan dramático que hay carreras en las que lo aprendido en el primer año, resulta obsoleto al concluir el bachillerato (universitario)”.
Según Buckminster Fuller, creador de la Curva de la Duplicación del Conocimiento, “hasta 1900, el conocimiento humano se duplicaba cada siglo; tras la Segunda Guerra Mundial, cada 25 años; y en la actualidad, el promedio es de trece meses. Para algunos expertos el Internet podría significar, en ciertas áreas, la duplicación, en doce horas”. Eso definitivamente requiere “repensar” en qué y en cómo, se hace a nivel universitario. Sin embargo, es difícil esperar muchos cambios en la pedagogía de los profesores universitarios que imparten clases como un “hobby”, después de un día de trabajo con horario completo.
Branislav Babaic, en el Foro Económico Mundial, sugiere “Migrar a un sistema de aprendizaje de por vida, más personalizado y que potencie las fortalezas de cada persona, privilegie la indagación sobre la memorización, la reflexión, sobre la mecanización, la colaboración sobre la competencia, y la búsqueda de un propósito sobre la acumulación de títulos”. Además dio a conocer que “Un niño debe esperar que cambiará al menos siete veces de trabajo en su vida y cinco de esos trabajos aún no existen”. Laszlo Bock, de Google, afirma que “El expediente académico (léase pensum de estudios), no sirve para nada…”
En el repensar hay que sustituir un currículo, pensum de estudios fijo, a un diseño temático dinámico que responda a las satisfacciones de las necesidades cada vez más cambiantes de las empresas y de la sociedad.