Luis Enrique Pérez

El empresario y académico Alfonso Abril es autor de un reciente y novedoso libro denominado “Del monopolio a la libertad”, cuyo subtítulo es “Una propuesta para reformar el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social.” El autor advierte que no propone “privatizar la institución”, o no propone “vender los activos del instituto para que empresas de capital privado los adquieran”, sino conferirle, al trabajador, libertad de asignar o no asignar su patrimonio privado a seguridad social, y si lo asigna, conferirle libertad de elegir a quien ha de brindarle tal seguridad.

Alfonso Abril examina dos opciones. La primera es reformar la Constitución Política de Guatemala, para que no imponga la obligación de ahorrar dinero destinado a seguridad social. Cada trabajador elegiría ahorrar o no ahorrar; y, por supuesto, el trabajador que eligiera ahorrar, libremente elegiría a quien le propusiera la mejor oferta de seguridad social. No habría un monopolio estatal de la seguridad social. Alfonso Abril declara que prefiere esta primera opción.

La segunda opción, inspirada en la reforma de la seguridad social en Chile, es preservar la obligación del trabajador de ahorrar dinero destinado a seguridad social; pero el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social no tendría el monopolio de suministrar esa seguridad, es decir, por ejemplo, empresas privadas también podrían suministrarla. Estas empresas competirían entre ellas mismas, y competirían con el instituto, para brindarle al trabajador la mejor seguridad social. El trabajador tendría, por lo menos, la libertad de elegir la seguridad social brindada por el instituto, o la brindada por una empresa privada.

Las empresas privadas, con la aprobación del trabajador, invertirían el dinero que obligadamente él tiene que ahorrar, destinado a seguridad social. Una determinada proporción de la utilidad financiera de la inversión se asignaría para brindar seguridad social, y una determinada parte, para pagar el costo de administración de la inversión. El ahorro del trabajador no sería meramente ahorro, sino que, invertido, se convertiría en capital. El trabajador tendría, entonces, la oportunidad de afiliarse a un régimen de seguridad social de capitalización individual, sujeta a interés compuesto. Este interés es aquel que, en una determinada unidad de tiempo, se agrega al capital, el cual, entonces, aumenta, y devenga un interés mayor; y este proceso de agregación puede repetirse.

El trabajador mismo, y no el burócrata, o el tecnócrata, o el político, o el dirigente sindical, asignaría su ahorro para obtener de él un mayor beneficio. El trabajador no estaría obligado a consumir una parte de su precioso ahorro en pagar el costo de un ineficiente monopolio estatal de la seguridad social, o en pagar el costo de una intrínseca corrupción de ese monopolio. Tampoco estaría obligado a sufrir una impune humillación o un punible desprecio cuando solicita servicios médicos y medicinas del insolente monopolio estatal de la seguridad social. Por supuesto, no tendría que resignarse a perder una pensión porque, por un día, o una semana, o un mes, no completó el tiempo de trabajo exigido para otorgar tal pensión.

Alfonso Abril advierte que el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social puede sufrir, durante los próximos años, un colapso financiero que incendiaría el ahorro de cientos de miles de trabajadores afiliados a ese instituto. El colapso puede ocurrir, por ejemplo, porque la esperanza de vida del guatemalteco ha aumentado notablemente desde que el instituto fue fundado, en el año 1946. En este año la esperanza de vida era de 39 años de edad, y el trabajador afiliado se pensionaba cuando cumplía 60 años de edad. Actualmente, la esperanza de vida es de 72 años, y la edad para pensionarse es la misma. Es decir, ahora el instituto debe pagar pensiones durante un tiempo mayor, y tiene que consumir más dinero en pagarlas. Eliminar el monopolio estatal de la seguridad social, y crear un régimen de seguridad social por capitalización individual, es una opción para evitar el colapso.

Post scriptum. El libro “Del monopolio a la libertad”, de Alfonso Abril, debe ser estudiado por el legislador preocupado por el dinero que ha ahorrado no menos de un millón de trabajadores afiliados al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social.

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