Mario Alberto Carrera
marioalbertocarrera@gmail.com

15 de enero y días sucesivos
Sainete maya de plátano presidencial, con canche sketch municipal o diálogo socrático sobre repartimientos y encomiendas de publicidad.

I acto
El ex vendedor de plátanos/Presi.:
Me han dicho que hay un señor ya muy grande –que trabaja en los medios– quien dice que yo he dicho que “la noticia mala se vende sola, pero que por la buena hay que pagar”.

II acto
El ex mono y hoy gorila del ayuntamiento colonial:
¡No!, querido Black Pitahaya, lo que pasa es que su “mercé” se ha quedado aguado y “blandeque”, con eso de usar gafas Carolina Herrera. La primera premisa es “moronguear” y las siguientes: aplicar la sentencia que acuñé y ventoseé cuando fui Presi., como usted: “al periodista se le paga, se le pega o se le mata”.

III acto
El Señor “ya muy grande”:
¡Pardiez!, que quiere decir ¡por Dios!, cómo es posible que el ex vendedor de plátano, alias Dra-culillo, me haya diagnosticado como de la tercera edad. Yo no estoy tan carcamal como Mario Alberto. Y que, además, haya barruntado que yo he dicho que la noticia buena se vende sola, pero que por la mala hay que pagar. Tal engendro e infundio sólo puede provenir de un ¡cobarde!, mentiroso compulsivo. Miente, por todos los cielos, yo no soy grande: sólo mido 1.71. Eso es un argumento ad “hónimen”. Dra-culillo me ataca aduciendo un defecto físico –“del hombre”– y no intelectual.

¿Cómo se llama la obra? ¿O “moraleja” del sketch?

El sainete maya de plátano presidencial se intitula: “Formas y maneras de dar o negar la publicidad o repartimiento encomendero de los anuncios gubernamentales y/o estatales”. Así de sencillo y así de fácil.

Trepado y “engallotado” sobre la cima de los poderes fácticos de la más alta burguesía chapinera, a Dra-culillo le viene flojo, guango, “di più” un inmenso sector de la Prensa. La oligarquía más rancia lo llevó al solio y la oligarquía más rancia (pero no hedionda porque se perfuma también con Carolina Herrera, propaganda gratis) lo sostendrá hasta que le dé a Ella (con mayúscula como cuando se dice el Señor del Gran Poder) la real gana. Contra viento de Embajada y marea de la ONU y ataques de histeria de la CICIG y el MP. La prueba es que pese a las clarísimas directrices de Mr. Arreaga, Mono de Oro, alias el gorila-orangután del ayuntamiento colonial, puso a su hijo (Monito de Orito) a dirigir el Legislativo con una panda de truhanes en su JD.

Así las cosas, es decir, cuando se hace gala de poderes dictatoriales absolutos de la “Oli”, mediante la figura de un payaso de la tele y su sketch de la tropa loca, ¿Cómo va a tener tal figura (sin genio porque el pobre poco cacumen tiene) respeto por la vieja Prensa?

La lectura de estos discursos, es decir, de los actos I, II y III del sainete de teatro kafkiano-Ionesco que presenciamos, es acaso peor –aunque de apariencia bastante distinta– de los “mejores” días del “Ancien Régime”. Esto es: de los días de la más negra dictadura militar de los 70-80. Lo que cambian son los escenarios de batalla y los miserables actores y actrices de la Mara 18 y de la Salvatrucha, hoy disfrazados de ladinos y antes de puros indígenas –trajes típicos y todo– en las aldeas del Altiplano. Los que “moronguean” son los mismos. Los mismos son los que pagan, pecan o matan, sólo que antes/antes éramos más los periodistas de a huevo.

Lectura del altercado Platanero vs. Mr. P.L.: ¡Ni te molestés, colega!, Black Pitahaya puede decirnos lo que se le antoje. No tiene la culpa el loro sino quien le enseñó a hablar.
“¡Y por favor, no se enoje!”

 

Artículo anteriorObligación de efectuar proyección de ingresos por parte de patronos
Artículo siguienteNormativa que busca facilitar la liquidez empresarial