Imagine el lector cuán ávidos podemos estar de buenas noticias que contarle y la frustración que nos provoca ver que el país va como el cangrejo. Hay logros impulsados por individuos que tienen repercusión en sus círculos y los mismos tienen impacto reducido ante la problemática de país. No existen políticas de Estado definidas y nosotros hemos tratado de promover algunas en cooperación con algunos funcionarios, como puede ser una política anti acoso en el sistema educativo y acciones específicas para ayudar a los migrantes en Estados Unidos. En ambos casos hemos avanzado con los ministerios de Educación y de Relaciones Exteriores.

Pero en cuanto a acciones ya ejecutadas por el Gobierno obviamente la deuda es inmensa. Cuando parecía que habíamos tocado fondo y que peor no podíamos estar luego del saqueo a que durante años han sometido al país y que se traduce en inseguridad, descuido absoluto de la salud y uso clientelar de los fondos de educación, para citar apenas las cuestiones fundamentales de la función del Estado, ¡Zas! y nos aparece don Jimmy Morales a encabezar un Gobierno inútil que no entiende los desafíos ni el mandato que recibieron en las urnas.

No podemos hablar de logros sensibles y significativos porque millones de niños se siguen quedando atrás de la oportunidad de educarse y terminan en la disyuntiva de unirse a una mara o emigrar a Estados Unidos donde ahora las condiciones son más difíciles por la xenofobia exacerbada en ese país y dirigida, puntualmente, hacia los latinos pobres. No hay reducción en la desnutrición infantil crónica y eso compromete el futuro de la mitad de los niños de Guatemala y la reducción en los índices de criminalidad es real, pero insuficiente como lo pueden atestiguar cientos de miles de deudos de víctimas de la violencia.

Por ello nuestro Presidente inaugura chorritos o trabajos irrelevantes en una Terminal Aérea que da vergüenza y que no ha cumplido con las recomendaciones y exigencias internacionales. Pero, eso sí, aprovecha el micrófono para atacar a la Prensa con esa su idea fija de que toda la prensa es fafera. No nos cabe duda que hay prensa que mediante paga inventa buenas noticias que van desde atribuir al Ejecutivo logros en la lucha contra la corrupción hasta elogios por decisiones fundamentalistas respecto al tema de Jerusalén. La fafa existe y no se puede ocultar, pero atribuirla a toda la prensa es irresponsable cuando el mismo Morales ha comprobado que sí hay medios que no se venden ni inventan falsedades mediante paga porque trabajan por el país.

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