Estuardo Gamalero

“Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos, porque se convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino”.
Mahatma Gandhi

En las vísperas del nuevo año, seguramente la mayoría tuvimos el gusto de recibir mensajes de aprecio y motivación. Usualmente, esos mensajes son propios de los cambios, los desafíos y las esperanzas de los nuevos retos.

Dentro de los que recibí, una amiga me envío un video, con la certeza que haría “click”. Desconozco el autor y no pretendo plagiarlo. Con algunos cambios propios, se los transcribo adelante y espero caiga como semilla en sus vidas, como lo hizo en la mía.

A manera de introducción y con la certeza que algo he aprendiendo de los tropiezos, los fracasos, las heridas y las frustraciones, pero también de los logros y trofeos, quiero decirles que, con voluntad, es más fácil cambiar uno mismo, a pretender que cambie el mundo o las personas que nos afectan, lastiman o no nos dejan avanzar.

Es por ello que, si usted espera ser un mejor papá, mamá, hijo, hermano, asalariado, dueño de empresa, gobernante, candidato político, estudiante, deportista, periodista, líder o miembro de su comunidad, por decir algunos, el cambio debe empezar por usted antes de exigir el de los demás.

Si usted está haciendo mal, deje de hacerlo. Si es holgazán, trabaje y deje de vivir de la pereza. Si desea una mejor Guatemala, deje de hablar mal de ella y proponga, no destruya. Si sus hábitos o relaciones pueden arruinar la vida a terceras personas, cámbielos. Si valora su libertad y no quiere irse a la cárcel, no cometa delitos. Si usted es una autoridad, dé el ejemplo respetando la ley no torciéndola. Recuerde que el fin no justifica los medios. Sea consecuente con su discurso y, si aboga por erradicar la pobreza, entonces no destruya las oportunidades de empleo.

“Damas y caballeros no va a ser fácil. Lo que es fácil no es una opción. Cambiar nuestras vidas es difícil y para ello debemos tomar responsabilidad. Esa es una responsabilidad personal que debemos soportar y debemos decirnos a nosotros mismos: ¡Yo puedo hacer esto que es difícil”.

Tenemos que decirnos: ¡yo soy el único, yo soy el que va hacer que esto pase, yo soy el que se volverá exitoso!

Porque de eso se trata la vida: de situaciones duras, de desafíos. Se trata de buscar formas para mejorarnos a nosotros mismos. Quiero motivarlos, tanto a quienes puedan estar en el fondo como aquellos que se encuentran en la cima. No importa si eres un león o una gacela, cuando el sol salga es mejor que corras con esfuerzo, sin importar si eres el más inteligente o si crees que eres el más tonto. Porque lo que te llevará a la cima no es talento, sino el puro esfuerzo.

No puedes seguir siendo perezoso, no puedes tomar atajos en la vida y no puedes seguir disfrazando el daño que con egoísmo infringes a tu familia, la sociedad y a ti. No puedes quedarte durmiendo y soñando. Es indispensable que realices los esfuerzos necesarios para que los resultados lleguen a ti, a tu familia, trabajo, empresa y tu país.

El éxito no se trata de grandeza, tampoco de talento, se trata de esfuerzo. Entonces, si quieres creer que todo lo tienes en contra, pero quieres pelear para seguir adelante, trabaja con pasión, día y noche si es necesario. Abandona tu descanso y sueño y dedica tu tiempo para tener éxito. Debes saber lo que quieres, ¿Qué quieres en tu matrimonio? ¿Qué deseas para tus hijos? ¿Cuáles son tus metas? ¿Qué quieres financieramente? ¿Cuánto quieres ganar en un año? ¿Qué quieres intentar? ¿Cómo quieres vivir? Deja de decir que quieres algo mejor, pero con tus actos insistes en destruir y arruinar.

Deja de levantarte como si todo fuera a pasar automáticamente. Una vez sepas lo que quieres o de dónde quieres salir, usa todo el tiempo de esta vida que te queda levantándote y persiguiendo ese objetivo. Este puede ser tu año y tienes que cuidar y aprovechar cada minuto de tu día.
Afuera, hay una enorme competencia en mundo cambiante. No seas de esa gente haciendo cosas que no son productivas, si tú eres bueno, no tienes tiempo para eso. Si sabes por dónde tienes que ir, ya deberías estarte moviendo en esa dirección. Tener un sueño es gratis, pero el moverse para conseguirlo requiere esfuerzo.

A veces tenemos la impresión, que hay muchas cosas en este mundo sobre las cuales no tenemos el control: terremotos, enfermedades, inundaciones y hasta de los reality shows. Pero es importante recordar aquello que sí podemos controlar: nuestra voluntad y el perdón. La primera forja nuestro carácter llenándolo de esperanza y lo segundo, nos da la paz que necesitamos para nuevos comienzos.

Porque la única cosa que convierte el mundo de un lugar solitario a un lugar hermoso, es el amor en cualquiera de sus formas.

Luchemos con voluntad, porque las buenas intenciones y nuestras metas no se los lleve el desgano. Asumamos con responsabilidad el cambio y el control de nuestras vidas y nuestra Guatemala.

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