Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82

Los diputados al Congreso de la República han acordado que el día sábado 13 de enero será el día D, es decir, tiempo para el que habrán de haber alcanzado los acuerdos suficientes para que en ese momento se elija a la Junta Directiva para el año 2018, período que será decisivo en nuestro futuro como país.

Y hay que advertir que en este momento clave en nuestra historia en el que unos batallamos por materializar cambios que resultan siendo un tema económico, de viabilidad y sostenibilidad para el futuro mientras otros luchan por evitar los cambios para consolidar un modelo perverso que nos genera un lastre como país y un obstáculo para todos aquellos que desean superarse y hacer las cosas bien, los acuerdos en el Congreso se alcanzarán porque es demasiado lo que está en juego.

Los diputados se terminarán poniendo de acuerdo porque saben que sus voracidades deben tener un límite, ya que de lo contrario corren el riesgo de comprometer un modelo que les ha sido rentable por muchos años. Se sabe que tras esto, están los mismos operadores del Presupuesto (Javier Hernández solo es la cara que públicamente se lleva los señalamientos, pero él no es el operador estrella) y esta vez saben que no pueden volver a fallar.

Todo esto me recuerda cómo fue que tras aquella famosa reunión en la finca presidencial Santo Tomás celebrada en noviembre del 2016, se dio paso al ahora conocido como “Pacto de Corruptos” y no me queda la menor duda que ahora sellarán con sangre el “Pacto de Confirmación” porque se querrán asegurar que no quede eslabón perdido en esta etapa tan crítica de la vida nacional.

Alguien me decía, “ojalá los diputados hagan una barrabasada el sábado porque quizá así la gente despierta” y tal vez tiene razón este fulano. Probablemente hace falta de nuevo un movimiento burdo y descarado para que los ciudadanos entendamos que los cambios no son de izquierdas o de derechas, sino de viabilidad y sostenibilidad a futuro.

He debatido y platicado con mucha gente en estos últimos años y a pesar de que siempre hay diferencias como parte normal del ejercicio de libertad de opinión, no han existido muchos argumentos para rebatirme cuando digo que el cambio es un tema económico y que en estas condiciones no podremos generar, como país, políticas nacionales encaminadas a enfrentar nuestros lastres ni para lograr una verdadera reactivación económica que ayude a cerrar las brechas.

Pero cualquier insinuación a cambio quedará sujeto a los acuerdos que se alcancen para el sábado y dependerá del papel ciudadano que se consolide el “Pacto de Corruptos” gracias al pacto de confirmación que alcancen los operadores políticos. Lo que pase el sábado será una prueba de fuego para todos, diputados dispuestos a no callar más, comunidad internacional y especialmente, para esa ciudadanía que se dice harta de cómo se ha manoseado la cosa pública.

El Listado Geográfico de Obras y las plazas que desde el Ejecutivo se puedan pactar para saldar los acuerdos, servirán como los términos económicos que permitirán alcanzar los acuerdos. En guerra avisada no hay muertos y nosotros, como sociedad, ya estamos avisados que algunos van con todo para consolidar el sistema.

Particulares, empresarios, trabajadores, migrantes, población urbana y rural, ladinos, indígenas, ricos o pobres de este país que ya estén hartos de lo mismo, nos va llegando La Hora de decir ya basta.

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