Alfredo Saavedra

Desde Canadá.- El diario The Boston Globe, de Massachusetts, EUA, estremeció al mundo católico, a principios de siglo con la revelación de un dossier, preparado por un equipo de periodistas expertos en investigación, exponiendo los extremos del cometido de abusos sexuales contra niños por sacerdotes católicos, cuyos actos delictivos fueron supuestamente encubiertos por el entonces arzobispo de esa diócesis, monseñor Bernard Law, quien  falleció el reciente 20 de diciembre en la ciudad del Vaticano a donde fue llevado por el Papa Juan Pablo II, para evitar la implicación de su protegido en un escándalo que alcanzaba grandes proporciones.

Al dar la noticia del deceso del prelado, los canales de televisión CBC y CTV de Canadá, hicieron un historial del hecho que lo llevó a Roma, en una acción del Pontífice para evitar hasta la eventualidad de un proceso contra su protegido, ante el clamor de las familias de los niños sometidos al abuso sexual por numerosos sacerdotes de la jurisdicción bajo la prefectura del arzobispo Law, ya elevado al rango de Cardenal bajo los auspicios del Papa Juan Pablo II.

En las referidas noticias, se exhibieron clips donde aparecieron numerosas víctimas del mencionado abuso, adultos ya, pero con el peso de la desafortunada experiencia expuesta con llanto por esas personas que rememoraron con dolor la forma en que los sacerdotes les quebrantaron el disfrute de su infancia. Eso constituyó un agregado a la denuncia que en su momento tuvo características sensacionales que conmovieron a la opinión pública y tuvo repercusiones a nivel mundial. Ocurría eso cuando se producía una reacción general en otras latitudes de América en el cometido de esos abusos por la curia católica denunciada por feligreses y en particular por los medios de comunicación que informaban con amplitud sobre tal situación.

El trabajo del equipo de periodistas en la investigación del caso culminó con la realización de un amplio reporte de encomiables resultados que fue galardonado con el prestigioso Premio Pulitzer y originó la producción de la bien recibida película Spotlight, ganadora del premio Oscar, dirigida por Tom MacCarthy y estrenada el año antepasado con los mejores comentarios de la crítica de cine.

Bernard Francis Law fue un cardenal estadounidense de la Iglesia Católica Romana. Fue arzobispo emérito de Boston, antiguo arcipreste de la Basílica de Santa Maria Maggiore, y cardenal sacerdote de Santa Susanna, que era la iglesia católica estadounidense en Roma (hasta el verano de 2017, cuando la comunidad estadounidense se trasladó a otra parroquia).

Law fue arzobispo de Boston desde 1984 hasta su renuncia el 13 de diciembre de 2002, en respuesta al escándalo de abuso sexual de la Iglesia Católica Romana en su arquidiócesis. Los documentos de la iglesia mostraron que tenía un amplio conocimiento de los abusos sexuales cometidos por docenas de sacerdotes católicos dentro de su arquidiócesis y no los había sacado del ministerio. Al parecer, un solo sacerdote había violado o molestado a 130 niños durante décadas, mientras que Law y otros funcionarios locales lo trasladaron a otras iglesias en lugar de ir a las autoridades. Dos años después de que Law renunciara a su puesto en Boston, el obispo William S. Skylstad llamó al suceso «un paso importante en el proceso de curación.»

Sin embargo su antecedente, previo al escándalo, indica que Law fue un activista de los derechos civiles. Figuró como miembro de la Conferencia de Liderazgo y del Consejo de Relaciones Humanas de Mississippi. Por sus actividades y sus sólidas posiciones en favor de los derechos civiles, recibió amenazas de muerte. Todo eso estaba en abono de su personalidad como un religioso entregado en el pasado a causas de relevancia en la sociedad. Así que la acción del Vaticano de llevarlo a su seno, tomaría en cuenta los servicios que Bernard Law había prestado a la comunidad, para el equilibrio de la balanza en el juzgamiento de tal personalidad de la Iglesia.

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