Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“¡Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor!… ¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón! ¡Cualquiera es un señor! ¡Cualquiera es un ladrón! ¡Siglo veinte, cambalache problemático y febril! Es lo mismo el que labura noche y día como un buey, que el que vive de los otros, que el que mata, que el que cura o está fuera de la ley…”

Anteceden extractos del Tango Cambalache escrito en 1934, y parece hubiera sido escrito tan solo ayer, en los albores del siglo XXI, vivimos envueltos en la corrupción, el cinismo y la hipocresía, que aunados al silencio impuesto durante toda la historia de nuestro país desde la conquista a nuestros días nos hacen la víctima más vulnerable del Crimen Organizado que se ha apoderado de todo el territorio.

¿Cómo llegamos a este momento en que nadie dice con nombres y apellidos a los causantes de tanto dolor, lágrimas y pobreza económica, intelectual y espiritual en que vivimos; tiene nombre: Silencio impuesto desde tiempos de la corona hasta la fecha, ordenado desde nuestra niñez, porque es prohibido hablar, pero no es prohibido pensar.

Pocos son los jóvenes que levantan la voz para decir lo que piensan, ¿Y los adultos? Somos aún peor, porque no decimos hasta aquí llegamos, cambiemos el sistema por uno mejor, cuando escucho que tenemos un Estado Fracasado me niego a aceptarlo, porque podemos tener instituciones inoperantes, un gobierno inoperante, pero no un Estado, porque el Estado somos todos nosotros, ustedes jóvenes que tienen un camino por delante, ustedes profesionales, ustedes trabajadores, ustedes campesinos, usted guatemalteco no es fracasado y no debe aceptarlo.

Debemos negarnos a la violencia cómplice del silencio que nos ha llevado al borde del abismo, y no debemos caer en él. ¿Cómo solucionamos un problema ancestral? Cambiando radicalmente nuestra forma de ser y pensar, salgamos de la burbuja en que vivimos, porque esa pompa nos permite ver, pero no actuar, y preferimos bajar la vista para engañarnos nosotros mismos pensando que la violencia está afuera no adentro, pero ¿Y los pilotos, las madres, los jóvenes, los niños, niñas y los hombres muertos que nos reclaman Justicia, ¿Y qué les damos? Nada.

Debemos romper el muro de la indiferencia y empezar a caminar, escribió hace tiempo Otto René Castillo “Vamos patria a caminar, yo te acompaño” hagámoslo, todos juntos, no separados que todas las manos se unan: Para iniciar una verdadera cruzada contra la violencia, ¿Con qué objetivo? Dar los primeros pasos para erradicar este mal endémico, ¿Cómo se cura? Con acciones concretas ¿Cuáles son estas?

Podrían ser: 1) Que los grupos de jóvenes que han emergido de los conatos de crisis se unan en un solo objetivo: Romper el silencio, principiando por ellos mismos, que los profesionales de todas las ramas que quieran un verdadero cambio para el país se unan para ese objetivo, que los trabajadores/as, se unan. 2) Que se inicie un cambio desde el yo interno de cada quien, ya no culpe a nadie de su situación, busque en usted la solución. 3) Que desde el hogar, los que lo tienen, al abrir los ojos se prometan ser una mejor persona, que los que solo tengan casa, busquen un hogar. 4) Que se cree una nueva ley de Presidios, que convierta la cárcel y los hogares de menores en un espacio de crecimiento para que estos no sean una carga para la sociedad. 5) Que se capacite, se investigue y se fortalezca a la Policía Nacional Civil. 6) Que se le aumente el presupuesto a esta institución, pero que se realice una fiscalización social y forense constante. 7) Que se exija verdadera inversión en Salud y Educación, con una fiscalización forense, so pena de incurrir en delito, al no cumplir, nadie es superior a la ley, menos aún a la Constitución, como población exijamos transparencia. 8) Levantemos la cabeza, y no aceptemos aguantar más, porque más de 500 años es demasiado.

Este artículo lo escribí hace siete años, y sigue tan vigente ¿Afortunada o desafortunadamente? Juzgue usted.

 

Artículo anteriorVida e indumentaria en la Guatemala del siglo XIX
Artículo siguiente¿Caudillismo o Chochismo?