Javier Monterroso

El día lunes 18 de diciembre el embajador de los Estados Unidos Luis Arreaga se reunió con un grupo de jóvenes de diferentes tendencias políticas, representantes de organizaciones de la sociedad civil, colectivos, centros de investigación e incluso partidos políticos en formación, según me cuentan personas que estuvieron en la reunión, se intercambiaron opiniones sobre la problemática nacional y principalmente sobre los futuros procesos de elección de autoridades del sector justicia y las necesarias reformas electorales.

Es bien sabido que el Embajador se reúne permanentemente con diversos sectores para tratar esos y otros temas importantes, pero lo que más me llamó la atención de la reunión, fue que la totalidad de los interlocutores nacionales eran menores a 35 años, principalmente jóvenes que desde sus respectivos espacios han destacado en las luchas sociales contra la corrupción convocando a manifestaciones y respaldando el trabajo que desarrollan la CICIG y el Ministerio Público desde el año 2015.

Un reconocido sociólogo me dijo una vez que el problema de Guatemala es que no han nacido los que tienen que nacer y no se han muerto los que se tienen que morir, puedo decir que al parecer ya nacieron los que tienen que nacer, en todo el país muchos jóvenes están destacando en diversas áreas, a nivel empresarial, e incluso como dirigentes sociales y políticos, es por ello que aplaudo el surgimiento de organizaciones como Justicia Ya, que se ha convertido en un referente en el tema de elecciones del Sector Justicia y que está conformado en su totalidad por jóvenes, o el aparecimiento de organizaciones como Usac Es Pueblo que están generando una verdadera revolución dentro de la Universidad de San Carlos.

Sin embargo aún no se logra un eficiente relevo generacional en las élites tanto del sector empresarial como de las dirigencias sociales y políticas, aún persisten dirigentes sindicales perpetuados ad eternum y reelectos en cada asamblea general causando un tremendo desgaste no solo a su sindicato sino al sindicalismo en general, presidentas de organizaciones de la sociedad civil que después de más de 20 años en el tema ya no aportan absolutamente nada a los debates y que por el contrario provocan desgaste y polarización en cualquier proceso o proyecto en el que se involucran, diputadas al Congreso de la República con más de 20 años en la curul desde la cual boicotean o impiden el surgimiento de cualquier nuevo liderazgo, y es que el poder y la influencia es como una droga y es muy difícil para muchos dejarla, sobre todo cuando no se tiene capacidad para dedicarse a otras cosas.

Los jóvenes deben pelear por el protagonismo empresarial, social y político, y los verdaderos líderes deben saber cuándo es hora de retirarse, es la ley de la vida.

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