El vocero del Ministerio de la Defensa confirmó que la institución está pidiendo una prórroga de tres meses para que continúe el Patrullaje Combinado, no obstante que ya había un acuerdo para terminar con el mismo el último día de este año, tomando en cuenta el incremento de los efectivos de la Policía Nacional Civil y que ese tipo de “cooperación”, que cuesta un ojo de la cara a los contribuyentes, no forma parte de las funciones del Ejército de la República de Guatemala.

Tanto la Policía Nacional Civil como las autoridades del Ministerio de Gobernación sostienen que no hace falta ya el patrullaje de soldados porque las últimas graduaciones de la Academia de la PNC permitieron cumplir con los requerimientos en cuanto a la cantidad de agentes. No puede olvidarse, ni por un momento, que el Ejército recibe casi dos mil millones de quetzales por esa “colaboración”, con el agregado de que las cuentas militares no son objeto de fiscalizaciones, lo que da lugar a que se mantengan en reserva muchos datos sobre ese contingente y ello no ayuda a la transparencia que hay, por ejemplo, en la PNC donde las planillas pueden ser fiscalizadas para establecer si realmente se trata de gente que está trabajando o, como pasa con el Congreso, puede haber alguna plaza fantasma que genere un cobro por servicios no prestados que terminan en el bolsillo de alguien de arriba.

Llama la atención que si desde enero de este año se acordó finalizar esos patrullajes el último día del 2017, ahora el vocero de la institución armada diga que para cumplir el objetivo requieren de más tiempo. El Ejército ha sido una institución que se distingue, se supone, por planificar con cuidado y detenimiento sus acciones y por ello extraña mucho que ahora, a pocas horas de que llegue el momento de poner fin a ese experimento, resulte que no lo prepararon todo adecuadamente, lo que demostraría falta de planificación y de disciplina en una entidad que no puede darse esos lujos por la gravedad de sus funciones.

Si el dinero del patrullaje combinado se hubiera usado para fortalecer a la Policía Nacional Civil desde los tiempos de Portillo, a estas alturas tendríamos una PNC con suficientes efectivos y recursos para cumplir con sus fines de protección a la ciudadanía en todo el territorio nacional.

Creemos que es esencial que se fiscalice hasta el último centavo del erario, incluyendo los gastos militares, puesto que el secreto es lo que permite esos liberales bonos como el que entregaban al Presidente.

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