El gobierno de Jimmy Morales confió la “negociación” del Presupuesto General de la Nación al jefe de la bancada oficial, Javier Hernández, y el resultado ha sido catastrófico para ellos porque además de su incompetencia notoria se nota que es un auténtico novato en las lides políticas que cree que con soberbia y arrogancia se puede lograr cualquier cosa. Para el gobierno, al encargar a Hernández la tarea, se cumple aquello que les pasa a quienes se acuestan con niños y amanecen embarrados.

La bancada oficial creció en número mediante negociaciones espurias que garantizaron a una serie de tránsfugas posiciones y privilegios para mejorar sus ingresos, pero no se trata de un conjunto de políticos conocedores de prácticas de negociación seria sino de componendas como la que hicieron para satisfacer al presidente Morales en aquella tristemente célebre sesión del 13 de Septiembre de este año. Y cuando sintieron que con la presencia del magisterio para encerrar a los diputados era más que suficiente para asegurar la aprobación del Presupuesto, se toparon con bancadas que saben cómo usar su poder para su beneficio y el resultado fue un fracaso estrepitoso que pesará sobre las espaldas de ese señor Hernández.

Hasta para hacer picardías hay que ser competente y astuto. No basta con ser insolente y abusivo porque de esa manera no se avanza mucho aunque quien practique ese tipo de comportamientos se sienta satisfecho y contento con sus hepáticos desahogos. Dirigir una bancada oficial demanda mínimos de talento y preparación, aunque sea para hacer barbaridades, y se ve que todo lo que se han propuesto los de FCN termina en fracaso, empezando con las leyes para despenalizar la corrupción y terminando con la aprobación del Presupuesto. El Congreso ha tenido muchas veces mentes perversas y astutas que han logrado hacer mucho daño, pero en el caso presente el gobierno, aun teniendo no sólo el poder sino además la voluntad de hacer pacto con todos los corruptos, que son mayoría, no logra concretar esas ventajas por falta de experiencia y talento de su bancada que, repetimos, está nutrida con la bazofia del transfuguismo.

Obviamente tendrán que buscar un nuevo jefe de bancada que sepa hacer su trabajo y entienda la dinámica de un cuerpo tan complejo y corrupto como el Congreso de la República. De lo contrario seguirán intentando barbaridad tras barbaridad y ni siquiera con el diligente apoyo que les ofrece el Ministerio de Finanzas para repartir sobornos entre los “padres de la Patria” podrán lograr sus metas, lo cual obviamente es muy bueno para el país.

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