La incapacidad de FCN para concretar el Pacto de Corruptos en el Congreso al aprobar el Presupuesto General de la Nación para el año próximo hizo reaccionar al Ministro de Finanzas quien, sin muchos rodeos, advirtió que las críticas formuladas al mamarracho que presentó y que hicieron cuesta arriba su aprobación traerán como consecuencia reducción de aportes al sector justicia, concretamente al Ministerio Público, una venganza que ratifica que el Gobierno no tiene ningún compromiso en la lucha contra la corrupción.

El mensaje es claro: por culpa de las críticas no nos aprobaron el despilfarro propuesto y ahora van a ver lo que pasa con un Ministerio Público cercado por falta de recursos. No es una reacción madura ni mucho menos sensata, pero es lo que se puede esperar de este gobierno de ineptos que se ha sentido envalentonado por los apoyos de todos los grupos que han estado vinculados con la corrupción. Desde el Zavala hasta encopetados círculos, pasando por nunciaturas, alcaldías y jovieles, el Gobierno se ha sentido arropado en su disposición de boicotear el trabajo de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en la lucha contra la corrupción y, desde luego, donde puede apretar el zapato es en el Ministerio Público que depende de las asignaciones oficiales para operar.

Fue afortunado para el país el pleito entre algunos de los que forman parte del Pacto de Corruptos y que por diferencias en el reparto del botín no se llegara a ningún acuerdo para reunir los votos a favor de un instrumento que hubiera sido fatal para el país. Pero también debemos entender que ya habían hecho sus cuentas de cómo podían dilapidar el dinero público y por ello ahora, cuando tienen que seguir operando con los mínimos candados que querían eliminar, se sienten perdidos y ven que su capacidad de ejecución, que es también su capacidad de enriquecerse mediante sobornos, se ve disminuida significativamente.

Habla el Ministro, además, de reducciones en Salud y Educación, pero hay que ver que en ambos rubros el aumento era para satisfacer al sindicalismo que se ha convertido en pieza clave de los respaldos pírricos que le van quedando al Gobierno, y que el grueso de lo asignado era para pagarle el favor a aquellos que llegaron a encerrar a los diputados para que aprobaran el Presupuesto. Al ver que el pacto funcionaba, bajaron la guardia y de la noche a la mañana, literalmente, se quedaron sin su tajada del pastel, razón por la cual, sin duda, el Ministro también se vengará con ellos.

 

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