El diagnóstico que se empezó a conocer en el 2015 cuando fue presentado el Caso La Línea apuntaba a una grave enfermedad de la sociedad guatemalteca, pero casos posteriores, especialmente el de Cooptación del Estado, vinieron a mostrar el carácter terminal de la enfermedad porque no hay forma de extirpar todas las metástasis que se han regado por el organismo ni cura conocida para irlas reduciendo poco a poco sin invasivas acciones quirúrgicas para asegurarse de que no quedan en el cuerpo tumores que puedan volver a extenderse. Hace falta, sin embargo, que a la familia del enfermo se le presente una prueba contundente de cuán extenso es el mal porque pareciera estar viviendo en la fantasía de que no ocurre nada, que todo volverá a ser como antes y que es mejor seguir viviendo la rutina diaria que andarse preocupando por esa clase de problemas.

Hace falta una radiografía o, mejor aún, una buena tomografía para demostrar cómo es que se ha propagado el mal ya no sólo a los órganos vitales (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) sino hasta la uña del dedo pequeño del pie izquierdo. Los médicos especialistas han sido clarísimos en sus explicaciones en las que, mostrando explícitas diapositivas, dan cuenta del avance de la enfermedad. Cada vez que los galenos Velásquez y Aldana comparecen ante la familia del enfermo se puede ver que el cuadro es peor, que el deterioro no se ha contenido ni siquiera con las acciones que han podido emprender y que, por el contrario, las células cancerosas se han vuelto más agresivas y resistentes.

Porque lo que hace falta es que la familia entienda qué tan malo es el cuadro médico. Las células cancerosas no pueden hablar ni explicarle a nadie esa voracidad con la que se van enquistando en el organismo, pero resulta que se puede ir aislando a algunas para que, vistas con detalle y bajo el microscopio, nos permitan a todos entender la forma en que operan y se reproducen y cómo es que se nutren dentro de ese organismo enfermo y desahuciado.

Ahora se ha formado un grupo de diputados que se presentan como un Frente Parlamentario por la Transparencia y la Democracia y bien podrían ser esas células aisladas que, bajo el microscopio, nos cuenten a todos cómo es que ha funcionado el putrefacto sistema porque no basta con que nos digan que la situación está amolada. Necesitamos que nos digan cómo llegamos a donde estamos y la forma en que opera el perverso mal para que así los parientes entendamos que la eutanasia es lo único que queda.

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