Carlos Soto Pineda

En un país como el nuestro en el que estar sonriente es -por lo general – “imán” de miradas de desaprobación, casi una afrenta social,  donde brindar atención a los pacientes afablemente es la excepción y no la regla y provoca  comentarios como: “Gracias Doctor ojalá todos los Doctores fueran como usted”, “nunca me había tocado un Médico tan amable como usted”…hace  que conocer a un Médico y Cirujano que se involucre en la ATENCIÓN INTEGRAL de pacientes con cáncer y de sus familias, sea de destacar y hacerlo público.

Ser testigo de las muestras de genuina tristeza de sus pacientes, de los hijos y de los cónyuges de ellos, ver la congoja y llanto de miembros de la Hermandad C.I. Jesús Nazareno del Consuelo y Asociación  Cruzados del  Santo Sepulcro del templo de la Recolección que lo llevaban en hombros; me hizo volver a reflexionar, asegurar y reafirmar que no es el llamado “éxito económico” el que da la satisfacción completa a un Profesional de las Ciencias Médicas, sino su legado de servicio, abnegación por preservar y recuperar la SALUD, su  lucha contra la enfermedad  y la muerte a destiempo.

El atender, mejorar la calidad de VIDA, la expectativa de sobrevivencia de las personas y de sus familias, el dar el certero tratamiento a pacientes,-algunos de los cuales  ya habían sido esquilmados por otros “doctores”, “instituciones” y/o “fundaciones”- fue una de sus tantas labores y “compromisos” de vida.

Al salir de la Iglesia se me acercó la hija de una paciente –sin conocerme-  y llorando dijo: “qué vamos a hacer ahora, mi mamá era paciente del Doctor y está devastada…por eso no vino…él era como de la familia, la trató por años, la curó a ella y con ella a nosotros…a toda la familia…¿ahora qué vamos a hacer?”…

Por lo general y más en estas latitudes,  un Doctor trata las patologías…las enfermedades, un “excelente” Doctor las previene y un verdadero Médico y Cirujano se involucra y brinda tratamiento integral a los pacientes y a su entorno, incluidas sus familias…eso fue Henry un verdadero Medico y Cirujano, íntegro, integral.

Como voy a extrañar que suene el teléfono y oírlo decir- transmitiendo con su voz y actitud esa vitalidad y optimismo tan propios de él- : “¿Qué tal vos?…van a llegar unos pacientes que te referí para que los evalúes”…

Ahh y la botella de vino que todos los años me regalaba también.

Que la sonrisa franca…la mirada inquisidora, sinónimo de inteligencia… franqueza y actitud positiva de Henry, acompañen toda la VIDA a sus Hijos “Chusitas, Chusito” y a su esposa Luz María…

“¿Mueren los justos a destiempo?”… Isaías 57:1

“Dondequiera que el arte de la medicina es amado, también hay un amor a la humanidad”. Hipócrates.

Gracias Dr. Henry de Jesús Marroquín López…hasta Siempre.

Artículo anteriorAbusivos, pero… organizados
Artículo siguienteRecomendaciones sobre Gobernabilidad Democrática