Factor Méndez Doninelli

Se conmemoró en Guatemala el 73 aniversario de la Revolución democrático burguesa de 1944, que puso fin a la última dictadura liberal encabezada por el general Jorge Ubico Castañeda, quien ejerció el poder público durante catorce años, reprimiendo a los opositores políticos y violando derechos y libertades fundamentales de las personas.

El movimiento cívico militar de 1944, modificó las antiguas condiciones semifeudales del régimen dictatorial. Los gobiernos revolucionarios de Juan José Arévalo Bermejo y de Jacobo Árbenz Guzmán, impulsaron reformas institucionales que mejoraron las condiciones sociales, económicas, políticas y culturales de la población guatemalteca. Cito algunas de las principales ejecutorias de los gobiernos revolucionarios: Promulgación del Código de Trabajo, reconocimiento de los derechos de libre sindicación, huelga y paro. Creación del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS). Fundación de la Facultad de Humanidades. Reconocimiento de derechos políticos de las mujeres a quienes se otorgó el derecho a votar y ser elegidas. Construcción de escuelas tipo Federación. Dignificación y escalafón magisterial. Autonomía de la Universidad de San Carlos (Usac). Construcción de la hidroeléctrica Jurún Marinalá, del puerto Santo Tomás de Castilla y la carretera hacia Puerto Barrios denominada “Jacobo Árbenz Guzmán”. Promulgación de la Ley de Reforma Agraria, Decreto 900.

Este experimento de democracia participativa fue mal visto por el Gobierno estadounidense que en 1954 organizó, financió, dirigió, proporcionó armas y aviones de combate para intervenir mediante una invasión mercenaria y derrocar al Gobierno democrático y constitucional del Coronel Jacobo Árbenz Guzmán. Desde entonces, el proyecto revolucionario se interrumpió y las huestes conservadoras y anticomunistas que asaltaron el poder público, instalaron hasta la fecha, gobiernos de ladrones que mediante el saqueo de fondos públicos han afianzado la corrupción e impunidad en el país.

En el 73 aniversario de la Revolución guatemalteca, organizaciones populares, sociales, sindicales, campesinas, estudiantiles y académicas, organizaron desfiles, publicaron declaraciones y organizaron encuentros políticos de reflexión y debate. Todas las actividades, contribuyen al rescate de la memoria histórica y son una oportunidad para trasladar a las nuevas generaciones los pasajes de historia nacional que han contribuido a fortalecer la lucha popular.

La conmemoración histórica de la Revolución de 1944, es ocasión para honrar a las miles de víctimas de los proyectos contrarrevolucionarios y contrainsurgentes que han impuesto las élites y sus siervos, es también oportunidad para compartir con campesinos, con mujeres rurales y con jóvenes quienes tienen derecho a conocer el pasado, a vivir en democracia y a luchar por un mejor futuro libre de discriminación, racismo, desigualdad e intolerancia.

Es un hecho innegable, que las conquistas y ejecutorias logradas durante el período revolucionario de diez años 1944-1954, nunca han sido igualadas ni mucho superadas por los distintos gobiernos que después de 1954 han usurpado el poder político. Por el contrario, ahora el país está peor que antes, hoy tenemos más pobreza y menos oportunidades para la gente. Más de la mitad de los niños padece desnutrición crónica, la pobreza aumentó, la niñez no tiene acceso a educación y tampoco a salud de calidad. Desde 1954 Guatemala retrocedió, por esa circunstancia hoy somos uno de los países más desiguales, inequitativos, racistas, corruptos y excluyentes de América Latina.

 

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