Francisco Cáceres Barrios
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Sola la municipalidad capitalina no podrá hacer mucho para mejorar el transporte colectivo que la población lleva rato de estar pidiendo a gritos a nuestras autoridades. Alguien debiera impulsar la creación de este proyecto que requiere con urgencia mover millones de gentes, los que sin su aporte, la industria, el comercio, la agricultura o la banca pronto llegará el momento en que se van a paralizar. Así como se oye. Nuestra gente hace unos veinte años tenía que levantarse a las seis de la mañana para llegar a sus labores a las ocho. Pero ahora, una inmensa mayoría debe hacerlo a las tres de la madrugada y apenas puede llevar puntualmente a su esposa al trabajo, a los hijos a la escuela y pasar dejando al menor a la casa de la suegra.
Pareciera una exageración pero lo anterior no lo afirmo en mi calidad de aprendiz de escribiente sino lo vino a explicar con amplitud un especialista de origen alemán que acaba de estar en Guatemala participando en un foro sobre la materia organizado por la Cámara de Comercio e Industria Alemana Regional para Centroamérica y el Caribe, quien desde que llegó al país nos incluyó debajo de la categoría de Nigeria, Kenia y Bangladés por sus condiciones deplorables y catastróficas y la forma en que se transporta a quienes aportan con su trabajo los indispensables servicios para lograr el desarrollo y progreso del país.
Acertadamente vino a decirnos algo que hemos repetido los chapines hasta la saciedad en todos los medios de comunicación del país, para que todos los municipios que integran la metrópoli participen activamente en la planificación de un sistema de transporte integrado. El gobierno central y las municipalidades debieran organizarse e integrarse en este proyecto de inmediato, porque a diez años plazo, no digamos a los veinte, la parálisis será generalizada. Por favor, ya es hora de dejar de pensar en chiquito, poniendo más vehículos en las calles, como eso de las camionetas usadas entre Mixco y Guatemala o de aquí para Chinautla sin planes para renovarlas, así como debemos quitarnos de la cabeza ideas de que mejorando la movilidad con pasos a desnivel o ampliación de calzadas la situación va a ser radicalmente distinta.
Esto último es lo más importante. Hay que hacer planes ajustados a la realidad del país, no solo transportes de larga distancia, sino de corta y mediana cobertura que sirvan de alimentadores a un sistema masivo, incluso desarrollar vías de comunicación que permitan la movilización en bicicletas o exclusivas para las motos. Es ahora o nunca. Es el momento de embarcarnos en un proyecto a la altura real de las circunstancias.