Carlos Figueroa Ibarra
A través de las redes sociales ha estado circulando la información vertida por el medio electrónico mexicano Sin Embargo (http://www.sinembargo.mx/30-10-2017/3341006) en la cual se informa de una encuesta hecha por el gobierno mexicano. Los resultados corroboran lo que es una impresión generalizada en México y en otras partes del mundo: Andrés Manuel López Obrador será el próximo presidente de México. En ocho escenarios electorales distintos, sale victorioso por una diferencia de entre 10.67 y 14.58 puntos porcentuales. Se trataría de la XIX Encuesta “Proceso Electoral 2018. Fase Previa” del gobierno federal, realizada entre el 14 y 18 de octubre de 2017 entre 5,275 mexicanos de todo el país y con un margen de error de 4%. La encuesta también revela que independientemente de la carismática personalidad de Andrés Manuel, el partido que encabeza, Morena, también se encuentra en ascenso mientras el resto de la “oposición” está disminuyendo en las preferencias de la ciudadanía.
Entre el 2015 y 2017 el PRI ha perdido más de 10% de las intenciones de voto y el PAN lo ha hecho con 1% lo que indica que al menos se encuentra estancado. Morena ha pasado del 9.56 al 19.71%, lo que sugeriría que estaría capitalizando la calamidad que ha significado el gobierno de Enrique Peña Nieto. Capitalizaría también la pérdida de popularidad de un presidente que nunca debió serlo: ha perdido 50% de popularidad desde 2011 y se encuentra ahora con un 28%. Este desastre ha arrastrado al PRI, el cual hoy es el partido con mayor repudio: el 38% de los encuestados dijeron que nunca votarían por el mismo, mientras el PAN y el PRD tendrían 20% de repudio. Morena solamente cuenta con un 11% de imagen negativa.
Andrés Manuel López Obrador camina con paso ganador. Él y su partido son una fuerza política con una voluntad posneoliberal, pero la principal bandera que ha enarbolado es la lucha contra la corrupción. Los que hemos brigadeado tocando puertas en distintos lugares en México, sabemos que toda la indignación que ha provocado el fracaso neoliberal (violencia, inseguridad, desempleo, pobreza) se condensa hoy en el ciudadano común en una ira contra la corrupción de la clase política. Y en efecto, ésta es indignante, solamente ocho exgobernadores (siete priístas y uno panista) han desfalcado 14,500 millones de dólares al erario público. México se está ahogando en sangre: casi 220 mil asesinatos en los últimos diez años y 30 mil desaparecidos en los últimos cuatro. El país está lleno de fosas clandestinas y la ineficiencia judicial es del 98%. En mi calidad de Secretario Nacional de Derechos Humanos de Morena, recibo cotidianamente llamadas y mensajes de gente desesperada por las arbitrariedades de una justicia francamente fallida.
México necesita de un cambio, y este solamente lo puede proporcionar un nuevo partido con Andrés Manuel en la presidencia. Si Morena logra mantener la diferencia de votos que hoy le atribuye la supuesta encuesta oficial, podrá hacerle frente al fraude electoral que ya el establishment neoliberal está preparando.
Hagamos votos porque esto sea así.