Francisco Cáceres Barrios
caceresfra@gmail.com

Para ser un buen líder político se requiere desarrollar un ferviente sentido del deber y un gran entusiasmo para construir una nueva sociedad. Debe influir en las personas para que trabajen de manera entusiasta con el fin de lograr un objetivo común y distinguirse del resto de personas para hacer el bien y no lo contrario, así como tomar decisiones acertadas basadas en una sólida experiencia y buena formación para no caer en el empirismo o improvisación. Digo esto porque cuando leí en Diario La Hora que nuestro presidente Jimmy Morales había caído en un total y absoluto contrasentido al responder que la justicia consiste en perseguir delitos y no a las personas provocó en mí un total rechazo.

Disculpen si a la primera no entendí el texto y hasta puse en duda que nuestro Presidente fuera capaz de decir algo tan contradictorio, cuando todos sabemos que la justicia como valor, es el principio moral de cada persona que decide vivir dando a cada quien lo que le corresponde o pertenece, en búsqueda del bien propio y de la sociedad en la que vive. Por lo anterior, nuestro presidente debiera tener claro que la justicia no es algo insustancial, como para decir “que las personas que cometan delitos no deben ser perseguidas” o expresar “que se deben presentar pruebas” cuando se le acusa, asunto que cae por su propio peso.

Que yo sepa, si un funcionario toma ilegalmente una buena cantidad de dinero del erario público y el mismo anómalo acto lo repite por varios meses más, eso constituye un delito que debe ser perseguido, más aún, si cuando la persona es sorprendida infraganti, pidiéndosele devolver lo que no era suyo y lo hace, resulta una prueba más que fehaciente para respaldar la demanda judicial de la que debiera ser objeto. Ahora bien, si los principios morales y jurídicos han cambiado radicalmente en este gobierno, les ruego aceptar mis excusas, porque pensaba que estos no varían, ni se cambian a sabor y antojo de los gobernantes, cuando deben permanecer inalterables a través del tiempo.

Por otra parte, también causó muy mala impresión que el vicemandatario haya caído en el mismo error al expresar criterio tan triste y pobre sobre los valores morales de nuestra población, hasta llegar a decir que “debieran cerrarles las visas a todos los guatemaltecos porque casi todos sobornan a los policías con tal de que les quiten las remisiones”, lo que aparte de reflejar muy pobre criterio, mal manejo del lenguaje y de la situación, llega hasta ofender a la gran mayoría de la población honesta dispuesta a demostrarlo con pruebas si fuera necesario.

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