Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“La lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido.”
Milan Kundera

El tiempo pasa, pero los hechos se encuentran ahí, y un buen día, los mismos salen a luz, aunque no cambien ni restituyan bienes perdidos, especialmente la vida misma, más aún una valiosa vida humana; llega un momento en el que por fin se principia a ver una luz al final del túnel.

El Caso de Monseñor Gerardi, asesinado vilmente hace casi veinte años, y del que no se esperaba ya Justicia alguna a su memoria, más, parece ser que la misma ha llegado.

En el presente suceso, por fin parece que se devela una de las hipótesis que no se creyó fuera posible, (develarla) y es la que involucra a un hombre, aparentemente intocable en el país: Álvaro Arzú, uno de los eternos dinosaurios que han tenido bajo sus pies a la sociedad por años, lo más kafkiano ha sido, que se debe a voluntad de la ciudadanía, ya que, como él mismo lo ha manifestado, no necesita hacer propaganda, y gana con holgura la alcaldía capitalina.

El caso en su momento se manejó como una novela, ya que se esgrimieron varias hipótesis, que fueron de las más absurdas e inconcebibles, como por ejemplo, la que presentó el español José Reverte, que involucró a Balú, el perro del exsacerdote Orantes. Como suele suceder en el país, un extranjero vino a vendernos la teoría más inverosímil imaginable, pero que recibió la publicidad de los medios de comunicación de la época, que el perro había mordido al obispo en la cabeza, causa involuntaria de la muerte.

El poder suele ser, en determinado momento omnipotente, y bajo ese poder la sociedad ha vivido durante toda su historia, y cual pequeño pueblo, que lo somos, los tiranos detentan ese poder, y se creen, que nada ni nadie los puede limitar en sus acciones, van envolviendo los hechos cual maraña, que se va enredando cada vez más, hasta que es casi imposible diferenciar el inicio del final, quizás porque no tienen, ya que son parte de un laberinto aún más grande, tan grande que envuelve tiempo y personas.

Eso ha sucedido con uno de los hombres más poderosos del país, ha tenido todo a su disposición personas e instituciones, no solamente para que su grupo se apropiara de los bienes del Estado, modificando como fue posible las leyes mismas, para comprar y vender con una logística minuciosa los patrimonios públicos más rentables, ese poder arbitrario no midió consecuencias, tan es así, que creyéndose, que no puede existir un líder mejor que él mismo, pretendió en un momento reelegirse como Presidente, ya que a su criterio, bastante cerrado, solamente él puede conducir el país.

Lo insólito es que muchos se lo creen, en las redes sociales, infinidad de personas aplaudieron que fuera nuevamente reelecto Alcalde, sin preguntarse ¿Qué ha hecho realmente por la capital? La respuesta parece incluso ingenua, parques y flores, cuando adolecemos de los servicios básicos de una ciudad, más aún si nos comparamos con otras más desarrolladas.

Pero el mayor problema no es solamente lo que ha dejado de hacer, lo es más, lo que ha hecho, y como suele suceder siempre queda un cabo suelto, y un día se descubre de la manera más inusual, seguramente el señor Arzú, nunca pensó que el extinto Capitán Lima, confiara como suele suceder en una mujer, su esposa, y la tuviera al tanto de la historia real de un suceso que no fue un acto de corrupción, fue un asesinato. Las emociones suelen jugar malas pasadas en la vida, y aunque todos sus actos, los fueron dejando bien atados para que no pudiera nadie desenmarañar los entresijos de la corrupción, y del asesinato, pero, por un acto sentimental, proteger a un ser querido, se abrió no la Caja de Pandora, se visualiza algo más perverso y mayúsculo, que el tiempo irá develando.

Probablemente como en la novela del Señor Presidente, en la que los mendigos fueron protagonistas del inicio de los hechos relatados, los mendigos de San Sebastián, de los que ya nadie supo, porque no eran “importantes” tengan por fin justicia, al igual que Monseñor.

No cabe duda que las emociones han hecho caer imperios, y las debilidades por las personas las propician, Lima con su esposa, ella con sus hijos, y Arzú…

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