Gladys Monterroso
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“Cada uno de nosotros es, sucesivamente, no uno, sino muchos. Y estas personalidades sucesivas, que emergen las unas de las otras, suelen ofrecer entre sí los más raros y asombrosos contrastes”.
José Enrique Rodó.
Todos los seres humanos, contamos la misma historia desde prismas diferentes, dependiendo del espacio que hayamos ocupado en ella, por lo que podemos en algunos casos recordarla muy diversa a como sucedió.
Por ejemplo, los que estamos de acuerdo en que Ríos Montt, fue el asesino intelectual de numerosas personas que no pensaban igual que él, y otros lo consideran un héroe, que libró al país de caer en los brazos del comunismo, lo importante es que Ríos Montt, sea como sea mando a matar a los que consideró sus enemigos políticos.
Lo mismo sucede con la historia, es parecida a un jardín japonés, en el que existen tantas piedras como sucesos vivimos, y depende del lugar en el que nos encontremos sentados observando el suceso, así vemos un número diferente de piedras, además, las vemos más grandes o pequeñas, y más o menos rusticas.
Viene a colación lo anterior, a que actualmente, como ha sucedido siempre todos vemos las acciones de la CICIG y el MP, desde primas diversos, en mi caso me encuentro totalmente en contra de la corrupción en cualquiera de sus manifestaciones, creo, además, que la misma nos ha robado el desarrollo como país, ya que el 30% que se pierde en corrupción debería ser utilizado en salud, educación trabajo y vivienda, pero no estoy de acuerdo, con circos romanos en los que se emboba a la población para venderle espejitos, un caso en materia penal, tiene que estar bien construido para demostrar los actos criminales de los supuestos delincuentes, pero si las pruebas no son fehacientes, el caso no está bien construido, y por lo tanto genera duda, y esta favorece al reo, siempre que no exista presión mediática, ya que la misma puede influir en la decisión del juzgador, para evitar el escarnio público.
Lo mismo sucedió cuando Jimmy Morales era candidato a Presidente, cantidad de personas que hoy lo quieren ver en la cárcel de por vida, juraban que era el candidato ideal, ya que era la antítesis del típico político, era un aire fresco porque no tenía un pasado en la política, lo cual para muchos era una debilidad más que manifiesta, para otros era su mayor fortaleza, hoy todos sabemos que no solamente no ha sabido gobernar, sino que los actos de corrupción durante su gobierno son más que evidentes, y todos piden su cabeza, empezando por quienes le votaron.
Un crítico de la Divina Comedia estableció que Dante colocó en los diferentes círculos del infierno a sus enemigos, por ejemplo, en el quinto círculo colocó a la familia de los Adimari, que fue la que se quedó con sus bienes cuando este fue exiliado.
Y a Beatriz, quien fue el amor de su vida, la convirtió en su guía, con quien va a visitar los nueve cielos, en los que habitaban los ángeles de Dios, y que recrea con ella un viaje glorioso.
Así, el ser humano se encuentra siempre de uno o de otro lado de la cara de la moneda en la vida y, asimismo, percibirá lo que sucede, por lo tanto igualmente lo vivirá, y recordará, lo mismo sucede con las ideologías cuando estas son extremas, por ejemplo en Guatemala, se ha identificado a la derecha con el poder económico, cosa más que cierta, aunque existen sus excepciones, y a la izquierda no la tienen plenamente identificada.
La historia de nuestro país ha sido de contrastes, desde antes que vinieran los españoles, pero con ellos fue más evidente, contrastes que con el paso del tiempo se han acentuado, en el que los poderes tradicionales han detentado el poder, pero que hoy el mismo es compartido por poderes paralelos, que quiera o no con el alto grado de corrupción que vive el país crece aún más.
Y esta última parte también es encontrarse de un u otro lado de la moneda, porque se quiera o no, siempre nos encontraremos de un lado o del otro, lo que nos enriquece más cuando el debate es con argumentos y respeto.
Lo importante es que las ideologías están ahí, y nos hacen vivir en nuestro lado de la moneda, con creencias bien cimentadas, pero no con las trasnochadas, ya que el mundo ha cambiado, y con él, nosotros.