Raymond J. Wennier

La percepción de lo visto, oído, tocado, olido, gustado y sentido emocionalmente en y fuera del aula, no es grupal sino es netamente individual. La razón es muy sencilla, no hay la misma medida para todos, ni somos todos iguales en nuestras experiencias previas.

Es mucho más trabajo para el maestro tener que planificar sus lecciones para un aprendizaje personalizado y por igual, es la preparación para el uso de las estrategias del aprendizaje por proyectos o por la resolución de problemas en contexto de la realidad de una comunidad.

Eso es muy diferente de lo que fue y que aún es en muchos casos, la forma de esperar un aprendizaje por igual, todos sentados (¿movimiento?), todos escuchando al maestro (¿multi sensorial?), todas las asignaciones de trabajo al mismo ritmo-mismo tiempo-misma evaluación (¿variedad de esos puntos?). Ya no estamos en el siglo pasado con una pedagogía de línea de ensamblaje, todo igual, para sacar un producto uniforme de acuerdo a los criterios y estipulaciones demandados por una autoridad “superior”. ¿Superior a qué o a quién? Sería la pregunta qué hacer en el campo educativo. Ha sido obvio que son dos elementos, el currículo y una cultura de medición, iguales al modelo de fábrica, producir un producto, con la diferencia de que los alumnos no son productos ni las escuelas son fábricas.

El aprendizaje, de acuerdo a lo que hoy día sabemos, científicamente, sobre cómo aprende el ser humano, puede describirse la siguiente forma.

El aprendizaje es una construcción de nuevas conexiones neuronales entre los conocimientos previos y las nuevas experiencias.

El aprendizaje es una acción de hacer y reflexionar.

El aprendizaje es un proceso de procesos, del individuo.

La meta del aprendizaje es el crecimiento y desarrollo del individuo para el presente pero también para toda la vida.

Si tomamos que el aprendizaje es personal, entonces es lógico que el individuo debe ser el centro del proceso de aprendizaje y no un apéndice.

El alumno tiene que aprender por qué y cómo debe tener el control de su propio aprendizaje. ¿Qué papel juega la curiosidad de nuevas experiencias y la búsqueda para satisfacerlas?

Durante el proceso de aprendizaje, es necesario un acompañamiento del maestro para ofrecer al alumno una buena y oportuna retroalimentación con el propósito de lograr mejores resultados de aprendizaje.

La educación es una actividad social donde las interrelaciones entre alumnos son esenciales para el progreso de cada individuo. La inteligencia emocional, que incluye empatía, ponerse en los zapatos de los compañeros, es parte integral de esa interrelación.

El aprendizaje tiene que ser equitativo, es decir, que el alumno tenga la oportunidad de atender sus necesidades personales en el cómo percibe y entiende mejor los contenidos de experiencias y además poder escoger entre lo que le interesa para trabajar “extensiones” que completan los conocimientos recientes para arraigarlos en la memoria a largo plazo.

El aprendizaje presentado como resultado, es el “vehículo” por el cual el alumno entiende mejor quién es y cuáles son sus habilidades más fuertes y cómo puede usarlas para su futuro. ¡Son expectativas!

Al realizar los puntos anteriores, el alumno sí puede decir: “Mi aprendizaje”.

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