Es importante entender que los pactos que pasan por el Congreso no se sustentan únicamente en el común interés que puedan tener los diputados en alguna causa o un propósito, sino que requieren, para concretarse, de ingredientes muy especiales que se vienen dando desde aquellos tiempos del sobre con doblete y que mejoraron mucho con el PACUR que luego se convirtió en el jugoso Listado Geográfico de Obras, el que se vuelve mucho más apetitoso cuando se eliminan los candados al Presupuesto.

Las leyes aprobadas intempestivamente el 13 de septiembre, eliminando la responsabilidad de los Secretarios Generales de los partidos políticos tirando la pacaya a los contadores que ni conocen ni pactan con los financistas, y la que condonaba todas las penas y que explicaron como una forma de proteger a los parientes del presidente Morales, aunque favorecía desde luego no sólo a todos los corruptos sino a toda clase de criminales, no surgieron por generación espontánea ni fueron pasadas de urgencia nacional en un acto irreflexivo. Las mismas, junto a otras que quedaron “pendientes”, entre ellas la reforma a la Ley del Ministerio Público, fueron elaboradas bajo la dirección y supervisión del Ministro de Finanzas y La Hora lo dijo antes de que fueran presentadas al pleno porque sabíamos con detalle lo que se estaba tramando en el nivel 18 del edificio donde se manejan las finanzas.

Una grabación que publicó Nómada ayer lo confirma sin lugar a dudas, aunque los defensores del Ministro digan que los audios pueden modificarse, mientras que otros, como el Superintendente de la SAT que defiende a quien lo nominó al puesto, digan que los audios prueban que Estrada recomendaba no hacer leyes piratas, cuando lo que recomendó es no aprobarlas como piratas, lo que de todos modos hicieron.

El Ministro envió una aclaración a La Hora, que publicamos, negando cualquier responsabilidad en el pacto de impunidad, pero nuestra información era abrumadora y por eso sostuvimos, al responder la aclaración, nuestra información que ahora queda confirmada, aunque el Ministro y sus compinches traten de querer tapar el sol con un dedo negando lo obvio y evidente.

Estrada tuvo un primer contacto con La Hora cuando le criticamos por cuestionar el cierre de operaciones de la tienda libre La Riviera que, según él, apenas había incurrido en una falta administrativa, como le dicen los corruptos a todo lo que los deja con las manos en la masa. Su calidad ética quedó evidenciada en esa oportunidad, pero ha sido ratificada con creces desde el nivel 18 del edificio de Finanzas, donde personal y directamente dirigió la factura de leyes asquerosas.

 

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