Lic. Douglas Abadía
douglas.abadia@gmail.com

Los últimos sucesos ocurridos en nuestra Guatemala evidencian, desde cualquier ángulo, que se quiera analizar el pacto de corrupción por parte de la clase política nacional (mafiosos).

Los gobiernos guatemaltecos se han caracterizado históricamente por sus altos niveles de corrupción, trayendo como consecuencia efectos nocivos sobre nuestra población; extrema pobreza, pobreza, hambruna, insalubridad, analfabetismo, vías de comunicación destruidas, inseguridad entre muchos efectos que en nada coadyuvan en la generación de bienestar común.

La población guatemalteca, en su mayoría de todos los estatus sociales ha levantado la mirada hacia la cosa pública y ha cuestionado los excesos de poder cometidos por parte de funcionarios del Ejecutivo como del Legislativo.

Si bien es cierto que aun logran manipularnos a través de los mal llamados medios de comunicación, considero que es parte de la maduración de la democracia chapina, no hay que olvidar que la toma del Congreso del día 15 de septiembre se constituye en una victoria del pueblo y para el pueblo. Las reformas al sector justicia son de carácter super urgente, el país necesita fortalecer el Estado de derecho y sobre todo hacer justicia pareja para todos los habitantes de esta tierra que estuvo de manteles largos hace unos días.

Ya no podemos continuar creando “modelos corruptos” a seguir, debemos iniciar por cambiar las mentalidades en nuestra gente, comenzar por inculcar rechazo o incluso repugnancia hacia quienes se han aprovechado del erario público, entiéndase diputados, ministros, viceministros, asesores, mandos medios, secretarias, es decir, toda la estructura de la administración pública que en contubernio se apodera del dinero de todos los guatemaltecos.

Una medida para frenar que los mismos corruptos de toda la vida se sigan sirviendo con la cuchara grande a nuestras costillas, a través del reciclaje en las diferentes dependencias estatales podría ser la creación de una base de datos de funcionarios públicos, mandos medios, asesores, etc. que hayan cometido actos de corrupción durante su paso por alguna dependencia del Estado.

Es una idea que imagino hay que darle forma, más análisis y por supuesto la bendita viabilidad legal, pues seguro quienes lean esta columna y sientan amenazada su posición privilegiada tratarán de plantear objeciones como violación a los derechos laborales, discriminación, etc. para desvirtuar la creación de dicha base de datos de corruptos.

Los guatemaltecos debemos saber premiar a las personas honestas, trabajadoras, probas que desean servir a su pueblo; no a los oportunistas, mafiosos, corruptos, ignorantes e inhumanos que constituyen a la mayoría de la clase política nacional.

Estamos ante una coyuntura política oportuna para exigir cambios en el organismo Legislativo y Ejecutivo; el pueblo se ha cansado de los vejámenes de estos rufianes que han dirigido la cosa pública, los mafiosos de viaje gozando de nuestros impuestos y el pueblo bien fregado y oprimido.

Necesitamos y exigimos un binomio presidencial, diputados, ministros y sus equipos de trabajo con la cara limpia, no queremos más mafiosos, ladrones, corruptos e ineptos dirigiendo a nuestro país.

Guatemala deberá ser otra en modo urgente, ya no más abusos, no más corrupción, nepotismo, compadrazgo, gastos en funcionamiento y no en inversión pública entre miles de artimañas usadas por estos amantes de lo ajeno.

OTRA GUATEMALA ES POSIBLE!!!!, EXIJAMOS LA DEPURACIÓN DE LOS 107 DIPUTADOS CORRUPTOS, LA RENUNCIA DEL BINOMIO PRESIDENCIAL CON SU GABINETE DE PLYWOOD Y LAS REFORMAS URGENTES A LA LEY ELECTORAL Y DE PARTIDOS POLÍTICOS!!!!!

Por cierto, hablando de bases de datos, hagamos el ejercicio de solicitar en las oficinas de Acceso a la Información Pública de los ministerios los listados del personal contratado bajo renglón 029, verán ustedes las sorpresitas que uno se lleva al ver las redes clientelares de la política nacional donde se evidencian los más altos niveles de corrupción estatal.

Artículo anteriorReestructurando
Artículo siguienteBien por el repudio, es ahora turno de las propuestas