Jorge Santos

Tal y como lo anuncié en la última columna, no se puede dejar de mencionar a quienes en calidad de servidumbre son como el megáfono que reproduce la voz y la narrativa de los poderes fácticos de este país.  Me refiero a un grupo de asociaciones y fundaciones de extrema derecha, que con el dinero corrupto de los miembros de la elite económica impulsan campañas, pagan buses y personas para dar el engañoso mensaje que cierto grupo de la población está con ellos.

Cómo ha sido público, existen alrededor de unas 40 asociaciones vinculadas y que las hemos visto actuar más o menos desde el 2010, todas ellas nacieron alrededor de la defensa de criminales que durante el Conflicto Armado Interno cometieron actos de genocidio y otras graves violaciones a derechos humanos de la población guatemalteca o bien actuando en defensa de militares en situación retiro o en activo que han cometido actos de corrupción o cualquier otro delito, incluyendo violencia sexual tal y como ocurrió en el caso del Instituto Adolfo V. Hall.  Todas estas organizaciones nacieron del seno de la Asociación de Veteranos Militares de Guatemala –Avemilgua- al igual que el partido Frente de Convergencia Nacional -FCN.

Este nacimiento de organizaciones forman parte de una estrategia diseñada para contener y obstaculizar el avance en el Sistema de Justicia y mantener el manto de impunidad que durante décadas les ha acogido.  Estas organizaciones tales como la Fundación contra el Terrorismo, la Alianza Nacionalista Guatemalteca, la Liga Pro Patria, Hijas de Militares, Guatemala Inmortal y otras tienen los siguientes denominadores comunes: a) cuando una de esas organizaciones convocan llegan las mismas personas y no suman ni 50 personas aunque sean 40 organizaciones, b) mienten, difaman y estigmatizan como eje central de su quehacer.  Todas estas organizaciones usan las redes sociales para hacer campañas, usan información falsa y la difunden, usan la desinformación para confundir y distorsionar la verdad y c) se vinculan a múltiples actores del crimen organizado y/o de corrupción e impunidad, de tal cuenta que así como defienden a los criminales que cometieron actos de genocidio, apoyaron las iniciativas de Byron Lima y hoy coinciden con las reivindicaciones del narcotraficante conocido como el Taquero. Así como han salido en defensa de Jimmy Morales y de FCN-Nación y sus actos de corrupción.

Al menos cabe señalar que cada vez más, estos grupos están quedando aislados y a pesar de la importante cantidad de recursos con que cuentan, no logran generar empatía en amplios sectores de la población, muy por el contrario están generando rechazo, animadversión cada vez mayor, la última prueba de ello fue el rechazo generalizado que a lo largo del Paro Nacional de este 20 de septiembre fue puesto de manifiesto en multiplicidad de carteles.  Hoy estos grupos de la extrema derecha y fascistas han sido derrotados y cada vez más en el ostracismo.  Continuemos por lo tanto, la lucha para vencer a estos actores y construir una Nación incluyente, plurinacional que represente los intereses de los pueblos que habitamos estos territorios, que otorgue vida digna y garantía de derechos humanos.

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