Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt

Hace poco más de dos años, la CICIG y el MP abrieron los ojos a muchos ciudadanos sobre el nivel de podredumbre y corrupción que campea en nuestro país y en meses siguientes se fueron agregando casos que evidencian la enorme profundidad que tiene ese vicio que arrebata a nuestro pueblo la oportunidad de desarrollo, porque en vez de invertir en mejorar las condiciones de vida de la gente, el producto de los impuestos se lo roban de manera descarada en un reparto que hacen desde hace décadas los políticos de turno con los poderosos de siempre.

Despertó entonces el pueblo y mostró su indignación logrando resultados modestos en cuanto a la remoción de los responsables, pero no cambió absolutamente nada del sistema y, ante la exigencia de esos grupos poderosos de siempre, socios de los políticos en el saqueo del país, fuimos a “elecciones bajo las mismas condiciones” y, por supuesto, el resultado tenía que ser exactamente el mismo. Hoy tenemos un conjunto de autoridades aún peor que las anteriores y de seguir así debemos prepararnos para recibir, en poco más de dos años, a un conglomerado peor aún. Parecería imposible que pueda haber peores, pero la experiencia nos demuestra que en términos de podredumbre y bajeza parece que nunca se toca fondo porque siempre hay sujetos peores.

Por ello es que ahora, cuando sin que nadie los acusara sino que los mismos diputados se mostraron tal y como son, es fundamental que el ciudadano entienda la enorme trascendencia de este momento histórico. Se está jugando el todo por el todo, puesto que ya demostraron los representantes de la corrupción que están dispuestos a destruir al país, a aislarlo internacionalmente, a permitir que todos los delincuentes salgan a la calle para que con ellos salgan los del Zavala, pasando leyes aberrantes. Estamos en un punto sin retorno porque si ahora fallamos en el ejercicio de la ciudadanía y en el cumplimiento del deber cívico, los poderes más tenebrosos no sólo se afianzan sino se consolidan para lograr que el saqueo del país se vuelva mayor y sin elementos como la CICIG y el MP que puedan servir de freno a su voracidad. Así como los corruptos van tras la destrucción de la CICIG y el Ministerio Público que dirige Thelma Aldana, nosotros los ciudadanos tenemos que ir, con mayor firmeza, determinación y ejerciendo nuestra fuerza moral, tras los pícaros para desalojarlos de las posiciones de poder.

En siete días tendremos un pulso fundamental porque empieza, de alguna manera, el proceso para elegir nuevo Fiscal General con la elección del futuro Presidente de la Corte Suprema de Justicia que presidirá la postuladora para Fiscal. Así como tenemos que mantener la presión sobre el Congreso y el Ejecutivo, hay que ir a la Corte para presionar a fin de que el grupo de Blanca Stalling no coloque a uno de sus peones. Hace un año hicieron un pacto los magistrados para que esta vez fuera electo alguien del grupo de los cuatro, pero ya los otros están diciendo que no hay tales, que van con todo. Pues a responder con todo para que entiendan que son servidores públicos y no amos de este pueblo que ya no se arrodilla.

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