Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt
No es que seamos muy patriotas, pero entre antorchas y desfiles celebramos nuestra cacareada Independencia, “el cumpleaños de la Patria” pero resulta que los mal llamados padres de esta Patria hicieron las de aquel tata que llega borracho a la piñata para zurrarse en todo. Y no sólo se zurraron sino lo hicieron fuera de la bacinica en un acto que les va a costar caro porque desde ayer se siente que el guatemalteco alcanzó su punto de no retorno al darse cuenta, finalmente, de la calaña de políticos que se ampara en la institucionalidad que no es más que el parapeto final, la última trinchera, de la corrupción.
En nuestro editorial del sábado pasado advertimos lo siguiente: “El Ministro de Finanzas, quien es pieza clave en el esfuerzo del gobierno para apuntalar el sistema maltrecho y corrupto…” se encargó de amarrar a los diputados con el sucio proyecto de presupuesto sin candados. El lunes, más explícitamente, dijimos: “El Ministro de Finanzas quedó encargado de preparar el paquete de leyes que pueda, con el efecto retroactivo que tiene el derecho penal, eliminar delitos relacionados con el financiamiento electoral ilícito y con el lavado de dinero, entre otras bellezas que se están cocinando, lo que sería como entregar la llave del Zavala a los reclusos para que puedan salir de allí e irse a sus casas.” Anoche hipócritamente criticó lo que en el edificio de Finanzas se fabricó bajo su directa supervisión, como lo sabe perfectamente buena parte de la comunidad internacional que no le perdonara a ese individuo su sucio trabajo, y dijo que lo publicado por La Hora era falso. Pero resulta que se cumplió al pie de la letra lo dicho en ese editorial del lunes 11.
A lo mejor es tan baboso que no se imaginó las consecuencias y por eso, asustado al ver la reacción indignada, aún de los que habían apoyado a Jimmy Morales en su enfrentamiento con la CICIG, reculó “tuiteando”, pero el mal que hizo está ya aprobado por los diputados que compró con los vericuetos del inflado Presupuesto del 2018.
Quienes creían que todo era un plan de la izquierda se han dado cuenta que en realidad todo es un plan de los corruptos para enquistarse para siempre, al punto de que descaradamente le quitan el carácter de delito a todo lo que les puede afectar y rebajan penas para que, aún condenados, puedan salir mediante la conmuta de la pena, pagando de 5 a 100 quetzales por día. Sólo con lo que el Ejército le regaló a Morales le alcanzaría para conmutar una pena de 12.3 años de cárcel contando todos los días a 100 diarios.
Habrá que pasar lista para determinar a los responsables de esta sinvergüenzada, pues está el Presidente, su Ministro de Finanzas y el resto del Gabinete, así como los diputados, pero también hay gente de afuera entre los que están los corruptos presos en el Zavala y los grandes empresarios que han financiado las campañas anti-CICIG.
Ahora llegó la hora de definirse.