Fernando Mollinedo C.
ENGAÑO: sustantivo masculino que significa: falta de verdad en lo que se dice, hace, cree, piensa o discurre. Eso es lo que pasa cuando los guatemaltecos conocemos la verdad de algunos actos anómalos, ilegales, ilícitos, injustos, arbitrarios, improcedentes y despóticos que realizan otras personas a quienes tratamos de justificar por diferentes motivos favoreciéndolas con el perdón, excusa, pretexto, disculpa o evasiva, eximiéndolos de su responsabilidad.
Cada lector tendrá la oportunidad de recordar, en este momento, los diferentes actos políticos o privados cuando por razones de afinidad religiosa, política, deportiva, de trabajo o familiares vio con malestar que la verdad estaba siendo distorsionada frente a él, y justificada con argumentos “sacados de la manga”, “que nada que ver” para tratar de demostrar o probar la supuesta verdad alterada.
EL ENGAÑO es un tipo de conducta o recurso utilizado por los mercaderes y vendedores de mentiras, muy utilizado en materia política desde tiempos de la conquista hasta hoy, pues la población que actúa como un mar de incautos, se deja seducir por las falsas promesas de quienes aprovechan esa candidez –por buena fe o ignorancia– para requerirle su voto en las elecciones para presidente, diputados y alcaldes.
Algunos eslóganes o “muletillas” utilizadas por los políticos han sido: “La mano dura” para huevear; el gobierno de la “esperanza” y esperanzados nos quedamos todos, pues casi todo se lo huevearon; “no miento, no robo, no abuso” y aún vivimos los nefastos resultados de la tiranía, ignorancia e intolerancia militar que separó a la sociedad; otro, “el primer gobierno de los empresarios” claro, como empresarios se huevearon y vendieron casi todo el patrimonio de la Nación.
“Sí se puede” y claro que se pudo, al extremo que hasta extraditaron a Estados Unidos a su adalid; “Villa Nueva próspera, educada y segura” a decir de sus habitantes, tal prosperidad es únicamente para el jefe edil y sus aliados pues la población vive en peores condiciones de insalubridad, alto índice de criminalidad, falta de agua y cobros excesivos.
El “tercer gobierno de la revolución”, sí, pero solo de nombre; porque siempre estuvo al servicio de la oligarquía y los militares, pero el pueblo siguió oprimido y jodido; hasta los “chivos” fueron engañados por los diferentes políticos que les ofrecieron nuevos drenajes y evitar las insanas inundaciones de cada invierno; los porteños soportan los swampos, falta de drenajes y obras que fueron prometidas por los candidatos que ahora ejercen el poder municipal. Otro ejemplo es la problemática en materia delincuencial en la ciudad colonial, a cuyas autoridades les quedó muy grande el tacuche, pues ofrecieron seguridad y desarrollo, y nada de nada.
Y ya “sobre el macho” vino el montón de excusas tales como: “dejaron vacías las arcas” “no hay presupuesto” “haremos recortes de personal”. ¡Puras pajas! Es decir: MENTIROSOS, así como otros que nada de obra pero sí el poder para hacer narconegocios. ¿Y el pueblo? MUY BIEN GRACIAS: DORMIDO, sin protestar ni alegar, recibiendo diariamente los “morongazos” de la vida.