Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Que un centenar o más de personas manifiesten o que por otros medios se le pida al Presidente de la República su renuncia, es una exageración que dudo tenga algún resultado.

No olvidemos que el actual binomio presidencial fue electo en elecciones generales, en voto secreto, por más de un millón de ciudadanos y por consiguiente, para que pudiera considerarse fundamentada dicha solicitud tendrían que suscribirla igual cantidad más uno de ciudadanos; y, aun así, sería una petición, no un mandato.

El Ministerio Público y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, CICIG, han actuado, sin duda alguna, en la mayoría de sus procederes de forma adecuada y respetable.

Adicionalmente, el ego que existe en todos nosotros ha hecho que en algunas cosas se les haya ido la mano.

El enfrentamiento y polarización no ha terminado, qué pasará, solo el tiempo lo dirá. Una posibilidad es que por dignidad personal Iván Velásquez renuncie a su mandato, esto no cambiaría a la CICIG, aunque podría afectarla. Otra posibilidad, es que el presidente Jimmy Morales, la Fiscal General, Thelma Aldana e inclusive el comisionado Iván Velásquez se reúnan y busquen limar sus asperezas.

No nos olvidemos que el mandato de la CICIG concluye en el año 2019, según la última solicitud de renovación, y no hay obligación alguna para que el jefe de Estado pida la continuidad del mismo.

El MP se ha fortalecido en experiencia humana, en recursos económicos y tiene que ser un adulto lo más pronto posible, lo que obviamente implica dejar de tener el apoyo internacional de la CICIG.

El Procurador de los Derechos Humanos, Jordán Rodas inició su gestión metiéndose al agua caliente y, no es de extrañar que el Congreso de la República o una de sus bancadas lo llame para pedirle las explicaciones que estimen convenientes por cuanto es Procurador del Congreso de la República y no un ente autónomo; su mandato es el de velar por el respeto a los derechos humanos, derechos que en Guatemala son constantemente violados, especialmente en el 60% de los guatemaltecos que están en pobreza o extrema pobreza y que no han sido defendidos adecuadamente por ningún Procurador.

Como se dice entre muchachos, el Procurador tendrá que tener la misma fibra para demandar salarios y precios de la Canasta Básica Alimenticia justos, así como medicamentos, que son derechos fundamentales que agobian a la mayoría de guatemaltecos.

Como lo dijera en otras de mis columnas “CANTOS DE SIRENA, EN RÍO REVUELTO” siempre van a existir y hay personas como Edgar Gutiérrez, Manfredo Marroquín y similares, que siempre están entonándolos, pero que dudo busquen la paz social, el Estado de Derecho, más creo que están haciendo una campaña política personal para que en el futuro se les nombre nuevamente como Ministro de Relaciones Exteriores o Secretario de la Presidencia o candidatearse y ganar algún puesto en elección popular.

En todo caso, el Presidente de la República, el Vicepresidente de la República deben de aprovechar esta crisis para lograr un foro como la Instancia Nacional de Consenso, que el mismo Ramiro de León Carpio señaló que era un ideal tener un foro de esa naturaleza, para buscar y encontrar ese equilibrio tan carente que existe en el país, sin el cual no avanzaremos hacia una mejor sociedad.

¡Guatemala es primero!

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