En una evidente muestra de cuán grande le queda el traje, la Ministra de Relaciones Exteriores nombrada por Jimmy Morales tras su intento por declarar persona non grata a Iván Velásquez, dijo que ese hecho no había tenido ninguna repercusión en el exterior, lo que se probó falso inmediatamente, porque no solo los medios de comunicación reaccionaron calificando el hecho como un esfuerzo por acabar con la lucha contra la impunidad, sino lo hicieron importantes piezas de muchos países y, especialmente, figuras clave de la política de Estados Unidos.

Hoy nuestro país se encuentra ya degradado en su calificación de riesgo por lo que hizo Morales pues, según las calificadoras, eso dificulta la gobernabilidad que tanto le interesa a los inversionistas y a los prestamistas. El Ministro de Finanzas, quien es pieza clave en el esfuerzo del gobierno para apuntalar el sistema maltrecho y corrupto, dice con cierta displicencia que no es grato estar en una lista de países a los que no se otorgarán créditos, pero que de todos modos los del año entrante ya están autorizados y que esa disposición afectaría hasta dentro de dos años, es decir cuando ellos ya vayan de salida.

El caso es que este gobierno ha sido incapaz de ejecutar el gasto público, no obstante lo cual propone un presupuesto super inflado y deficitario en el que se abultan partidas para aquello que ha sido la piñata de los diputados en lo que se muestra como una negociación entre Finanzas y los miembros del Congreso. No se gastará eficientemente y lo que se gaste será corrupto porque incluyeron entre las nuevas normas la eliminación de candados. Toda la mesa servida para entrarle a tenebrosas reformas legales.

Lo que el Ministro tiene que saber, así como Morales y quienes le hacen porras desde la banca del poder económico, es que todo en la vida tiene consecuencias y que su empecinamiento en acabar la lucha contra la corrupción, porque el asunto va mucho más allá de la permanencia o no de Iván Velásquez, le pasará una factura enorme a Guatemala y caeremos en un asilamiento difícil de superar.

La agenda anticorrupción viene para quedarse y no es un asunto que haya surgido de nuestra determinación sino que forma parte de una visión global derivada de que los países corruptos y débiles son los más vulnerables para que grupos de terroristas o crimen organizado operen desde allí. Creer que fue invento de la CICIG demuestra la falta de entendederas de este gobierno en el que no atinan a ver la verdadera realidad.

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