Alfredo Saavedra

Desde Canadá. El patriarca de una comunidad de mormones en el oeste de Canadá, por fin enfrentará juicio por poligamia, después de varios años de evadir la justicia mediante recursos legales. Se trata de Winston Blackmore, obispo de una secta segregada de la oficial Iglesia de los Santos de los Últimos Días, con sede en Utah, Estados Unidos, con una colección de cien «esposas» con las que ha procreado 148 hijos, en acción violatoria de la ley en Canadá, que instituye la legitimidad del matrimonio donde el hombre tiene una sola mujer.

La comunidad recibe el nombre de Bountiful (abundante) nombre tomado del Libro de Mormón, y se localiza en la región de Creston Valley en el sureste de Vancouver. Dicha comunidad la componen dos grupos de fundamentalistas mormones polígamos. El miembro fundador de esa comunidad, Michael Blackcmore, compró esa propiedad y se trasladó con su familia en 1946, y fue seguido por otros feligreses de esa Iglesia, simpatizantes de los matrimonios de un hombre con varias mujeres, acto proscrito por la iglesia oficial desde principios del siglo pasado.

Ante la irregularidad de esa comunidad, frente a las tradiciones religiosas y de familia en Canadá, y sobre todo por reclamos públicos iniciados desde 1980, cuando fueron evidentes las prácticas impuestas por el obispo Blackmore que incluían la expulsión de los jóvenes varones, inducida por el jerarca bajo el pretexto de que buscaran mejores oportunidades de vida, pero con la exclusivista finalidad de deshacerse de potencial competencia para la obtención de mujeres.

La semana pasada un juez de la jurisdicción calificó de inaceptable la conducta del obispo y su ayudante james Oler y falló en contra de los dos encontrándolos culpables de poligamia, que los acusados en su defensa declararon que se trata de «matrimonios celestiales» conforme los mandamientos de su iglesia. «Matrimonios» de los que el más aprovechado ha sido Winston, que a la fecha ya ha sobrepasado la cantidad de más de cien «esposas», incluyendo jovencitas menores de edad, lo cual es un agravante más para su juzgamiento.

El juez reconoció la franqueza del señor Blackmore, quien lo mismo que su cómplice no han negado los cargos, ratificando el obispo su paternalidad de 148 hijos, cuyo destino es incierto a partir de que su padre ya está cargado de años, de los cuales ha pasado la mayor parte en la tarea de «fabricar» progenitores en un afán de una mala contribución a la superpoblación del planeta.

De todas maneras la sentencia de cinco años de cárcel para los sindicados no parece una pena muy dura, aunque la condena queda sujeta a una apelación de los abogados defensores, en un alegato de que se trata de una práctica (la poligamia) basada en principios religiosos. Pero ese argumento no tendrá justificación ante el código penal canadiense que establece con claridad que a cada hombre de forma legal le corresponde una sola mujer… Y nada más.

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