No nos debe de quedar la menor duda de los esfuerzos que se realizan para poder retomar el control de las instituciones del Estado de parte de los poderes ocultos que siempre han servido para que el país funcione perfectamente bien para un grupito, mientras la mayoría, una sociedad con sangre de horchata, se deja pisotear.
Las investigaciones que evidenciaron cómo la corrupción es la razón para que exista la impunidad parece que solo ha servido para alertar a quienes se han visto afectados y están dispuestos a retomar el control de todas aquellas instancias que necesitan para garantizar que sus negocios seguirán sin problema y que nunca se vuelva a juzgar a quienes han diseñado el sistema tan retorcido.
Desde dentro del mismo Estado y en los tres organismos se han llevado a cabo los esfuerzos necesarios para evitar que cualquier instancia de control y aplicación de la ley pueda afectar a los políticos y sus socios en la corrupción.
El trabajo que se ha venido realizando le demostró a la población que se podría contar con un Estado de Derecho auténtico si es que se logra imponer la ley a todos, sin distingo partidario, sectorial o social; y que las instituciones se ven obligadas a seguir el ritmo o quedan en evidencia, tal y como ha quedado claro con la Contraloría General de Cuentas de la Nación que tuvo que empezar a hacer como que trabaja para tratar de ocultar que fue parte del pacto de impunidad.
En el caso del Ministerio Público, el esfuerzo de los políticos por detener las reformas constitucionales ha dado resultado porque tendrán la oportunidad de colocar a otro de sus peones a cargo de la persecución penal por los métodos tradicionales para que la escoria del Congreso que tenemos y Jimmy Morales seleccionen a quien más le convenga.
Así estarán decidiendo quién les perseguirá penalmente, ya que hay varios temas pendientes para el Presidente y su entorno, mientras que los diputados saben cuáles son sus colas.
Los planes de Mario Taracena, Fernando Linares Beltranena y Álvaro Arzú para mantener chantajeado y manipulado al Tribunal Supremo Electoral deben servir de ejemplo de cómo se va a condicionar al próximo fiscal. Si usted, lector, fuera diputado con largas colas, ¿a quién pondría de fiscal? ¿Y si fuera el presidente?
Ante ese panorama y con una sociedad que simplemente ya no puede agacharse más, seguro que el secuestro institucional se dará y se afianzará la práctica de la corrupción y la impunidad. Ojalá estemos equivocados.