Tras conocerse el audio hecho público por Nómada en que los diputados Mario Taracena, Fernando Linares Beltranena, Álvaro Arzú, Oscar Argueta y Carlos Chavarría, discuten el plan para controlar, manipular y poder chantajear a los magistrados del Tribunal Supremo Electoral con la nueva reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, solo nos queda preguntarnos ¿qué más habrá en los planes oscuros y nefastos de estos y otros operadores de los poderes ocultos?

Hay quienes dicen que las resoluciones del Registro de Ciudadanos para permitir que continuara la UNE y FCN Nación a pesar de la evidente y brutal comisión de delitos en el financiamiento de campañas políticas, puede ser resultado ya de las presiones que se han empezado a mover y que salen a luz por la grabación.

Pero el tema es mucho peor. Recordemos que esta es la gente que tiene en sus manos la selección de la persona que ocupe la próxima administración de la Fiscalía General y Jefatura del Ministerio Público. Si con esta administración se ha metido presos a diputados de todos los partidos e incluso Taracena está en «recámara» esperando por un caso por el que debería parar en la cárcel y el padre de otro está pendiente por ser el alcalde que hizo el escandaloso negocio de Transmetro (entre otros saqueos), ¿qué no harán para volver a secuestrar la entidad de persecución penal?

El caso es que debemos recordar que hacer partidos y bailarse la ley que ellos mismos han hecho es fácil y ocuparse en buscar vehículos para que siempre termine siendo electo lo más granado de la porquería política chapina, no es complicado. Lo del TSE es, por ello, solo un esfuerzo para ahorrarse el trabajo de tener que volver a hacer partidos, falsear facturas para justificar gastos y demás.

Pero irse a la cárcel por plazas fantasma o por autorizar préstamos (Odebrecht) tan sucios como los que sabemos que han hecho, los debe tener preocupados. Lo peor de todo es que han sorprendido a muchos ilusos que les han creído cuando ponen la cara de estar a favor de la lucha contra la corrupción.

Lo que no tiene explicación, es que la sociedad guatemalteca se mantenga en esa común y terrible actitud de estar anestesiada, con tal pasividad que permite que la escoria que se mueve por el Congreso de la República manosee «reformas» como ésta con la que nos condenan por décadas de décadas.

Los poderes están buscando volver a secuestrar las instituciones del Estado y la sociedad, de manera pusilánime, se los está permitiendo.

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