Francisco Cáceres Barrios
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La serie de problemas que ha atravesado el Gobierno de Jimmy Morales nos ha dejado como experiencia que para elegir al primer mandatario de la nación, si es que queremos lograr prontos y efectivos resultados de su administración, es indispensable que tanto él como su equipo de trabajo conozcan algo o hayan adquirido la habilidad después de haber realizado, vivido, sentido o padecido uno o más veces el trabajo a desempeñar, fuera en la iniciativa privada o en entidades de servicio público durante determinado tiempo de ejercer el oficio o profesión. Es que no se puede llegar a ocupar un cargo de tanta responsabilidad solo contando con buenos deseos, muchas ilusiones y sanos propósitos.
Durante el primer año y medio de la actual administración también se vino a sumar una mala actitud para tratar de resolver los grandes problemas que heredó de un Gobierno que se dedicó por entero a satisfacer sus intereses personales y a los otros que, aparte de haber hecho lo mismo, hay que agregarle la inmensa politiquería que los condujo a heredar a los sucesores grandes problemas derivados de la mala prestación de los servicios de la educación, la salud, la seguridad y la infraestructura, con esto más, que ni siquiera dieron la impresión de conocer la exacta magnitud de su problemática, mucho menos, las principales causales de la misma.
Pero si hacemos cuentas, a este Gobierno no le quedan más que dos años y medio para terminar su mandato, por lo que es el momento oportuno para preguntar ¿serán capaces de hacer durante el tiempo que les falta al menos las tareas elementales para depurar su administración, no digamos para emprender acciones que corrijan los errores del pasado, de tal manera que puedan allanarse las principales causas de la actual situación, incluyendo desde luego la eliminación de la corrupción y la implementación de métodos y sistemas que le puedan ser útiles a quienes los sucedan en los cargos que hoy ocupan?
Si el presidente Morales no cambia de actitud, la misma que hasta el momento no le ha dado ninguna posibilidad a la población para lograr su desarrollo y progreso, va a dejar a la nación en peores condiciones de cómo la encontró, porque la gran mayoría de ciudadanos estamos desesperados de una delincuencia incontrolable; por la ausencia de movilidad en nuestras calles y carreteras; por la carencia de oportunidades para lograr superación y empleo y en caso de accidente o enfermedad el guatemalteco siga sin tener acceso siquiera a recibir una primaria atención para recuperar su salud. Dijo Voltaire: “Hay alguien tan inteligente que aprende de la experiencia de los demás”.
