Factor Méndez Doninelli

En el marco del Programa de capacitación para el uso efectivo del Manual del Mediador del Organismo Judicial de Guatemala, realizado en la ciudad de Quetzaltenango, dirigido a potenciar la actualización profesional de los mediadores que atienden los Centros de Mediación de la región de Occidente del país, tuve la oportunidad de compartir con el juez Miguel Ángel Gálvez, quien es uno de los especialistas que fueron invitados, en su caso, para exponer sobre la mediación penal. También se distingue, por llevar juicios de alto impacto relacionados con actos de corrupción e impunidad, presuntamente cometidos por redes criminales integradas por servidores públicos y actores privados.

Sus conferencias, amenas, muy didácticas y enriquecedoras abundaron en ejemplos y anécdotas sobre asuntos penales y casos que a lo largo de su experiencia judicial en varias judicaturas le ha correspondido conocer y atender. Quienes lo conocen, saben que es una persona con gran sensibilidad humana, modesta, franca, que con su facilidad de palabra desarrolla y explica con amplitud las ideas que transmite con mucha fuerza de convicción y claridad de expresión. Me queda la impresión que el juez Gálvez es un funcionario judicial idóneo, probo, incorruptible, apegado a Derecho, respetuoso de la ley, profundo conocedor de la misma, estudioso y actualizado sobre las últimas corrientes teóricas y doctrinales, especialmente en materia penal.

Comprendo el peso de responsabilidad que conlleva conocer asuntos de alto impacto, sobretodo, los múltiples casos de corrupción e impunidad en que están involucrados exfuncionarios públicos de todo nivel, empresarios, militares, diputados, testaferros y lacayunos que saquearon millones de quetzales de los fondos públicos y que muchos conociendo su culpabilidad, han optado por evadir la Justicia, andan huyendo, convertidos en fugitivos.

El adagio popular es claro, “el que nada debe, nada teme,” entonces, ¿Por qué esconderse, huir, intentar burlar la ley y evadir la Justicia? ¿Por qué prefieren ser recordados como reos prófugos?

Es de suponer, que las investigaciones del Ministerio Público (MP) son sólidas, respaldadas por pruebas científicas que obligan a presentar acusaciones y solicitar órdenes de aprehensión contra los sindicados. Por eso, cuando la Justicia los llama a que mediante el debido proceso aclaren su situación, no sólo se canturrean del miedo, también se esconden, huyen y desde sus cómodos escondites, usando las redes sociales y los medios de comunicación, se victimizan, dicen que todo es una persecución política, que los cargos y delitos por los que son sindicados son falsos y resultado de una conspiración en su contra. Algunos, pertenecientes a las élites del país siguen huyendo de la ley, prolongando su impunidad y tratando de demostrar que los ricos son honrados, emprendedores y respetuosos de la ley, Lo único cierto, por lo que hemos visto y sabido en las últimas semanas, es que los ricos también son ladrones, roban como vulgares criminales, seguro que su capital originario ha sido acumulado basado en la explotación de la fuerza de trabajo.

No hay duda, para erradicar la corrupción y la impunidad en el país, Guatemala necesita cambios y reformas constitucionales al sector justicia. Para tener éxito, hace falta recorrer un arduo y largo camino, ya la justicia ha iniciado su andar y sigue avanzando, sobre todo cuando vemos el paradigma del juez Gálvez y su firmeza para combatir esas lacras sociales.

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