Luis Enrique Pérez

La afirmación de que el planeta Tierra sufre un calentamiento provocado por la actividad del ser humano, ya no solo es una mera afirmación que pretende ser rigurosamente científica. Es ya un dogma, de cuya presunta verdad, por consiguiente, nadie debe dudar, sino aceptar con encomiable humildad y honorable sumisión. J. Scott Armstrong no acepta ese dogma, y hasta afirma lo opuesto: la Tierra se enfría. Cuando ese dogmatismo parece renovar su arrogancia, creo oportuno reiterar la tesis de Armstrong.

Armstrong es cofundador de “Journal of Forecasting”, un periódico especializado en métodos científicos de prognóstico. Es autor del libro “Long-Range Forecasting”, o “Prognóstico de Largo Alcance”, uno de los más prestigiosos sobre métodos científicos de prognóstico. También es autor del libro “Principles of Forecasting”, o “Principios de Prognóstico”, al cual el Instituto Internacional de Prognóstico declaró “libro favorito”. Ha sido profesor en Argentina, Australia, Japón, Nueva Zelandia, Sudáfrica, Suecia, Suiza y Tailandia.

El eclesiástico, ideológico y político Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, patrocinado por la Organización de Naciones Unidas, ha pronosticado un devastador calentamiento global presuntamente causado por el ser humano, cuya actividad produce dióxido de carbono. Este gas, arrojado a la atmósfera, incrementa la retención de la radiación solar que refleja la superficie terrestre, y entonces provoca un calentamiento global, que puede aumentar hasta provocar un terrible colapso planetario.

Armstrong refuta ese prognóstico, del cual afirma que “utiliza modelos de predicción adornados con matemática gratuita, que son meras conjeturas”; y “transgreden varios principios científicos de prognóstico”. Es una de las mejores críticas que conozco sobre los alquímicos simulacros modelísticos computacionales del epistemológicamente corrupto panel intergubernamental.

Armstrong ha afirmado: “No hay ninguna prueba sólida de que la Tierra se calienta… Realmente el planeta está enfriándose desde 1998, como lo ha demostrado el científico Robert Carter… No hay excesivo dióxido de carbono atmosférico… En la Antártica hay más hielo ahora que en el último siglo… Y he demostrado al gobierno de Alaska que la población de osos polares aumenta.” El científico al que Armstrong alude, es decir, Robert Carter, ha sido miembro del departamento de Geofísica de la Universidad James Cook, de Australia.

En la comunidad científica, ¿hay un “consenso” sobre un calentamiento global causado por la actividad humana? Por supuesto, no hay tal consenso. Por ejemplo, Arthur Robinson, profesor de química y cofundador del Oregon Institute of Science and Medicine, recolectó 31,000 firmas de científicos que no creen que, en general, hay tal calentamiento global, o que, en particular, en el supuesto de que lo hubiera, no creen que la actividad humana lo cause.

También surgió la Coalición Científica Internacional del Clima, constituida originalmente por 150 científicos, que no creen que la producción humana de dióxido de carbono provoque calentamiento planetario. Y en el año 2008, aproximadamente 500 científicos aprobaron la Declaración de Manhattan, en la que afirmaron que “no hay evidencia convincente de que las emisiones de dióxido de carbono producto de la actividad humana industrial han provocado, provocan o provocarán efectos catastróficos sobre el clima”.

Reiteramos una tesis que hemos expuesto anteriormente: una teoría científica no es verdadera porque es aceptada por la mayoría de científicos; ni es falsa porque es aceptada por una minoría de ellos. Entonces, creer aquello que la mayoría cree no es garantía alguna de que nuestra creencia es verdadera; y un solo ser humano puede tener, sobre un determinado objeto de conocimiento, una creencia verdadera, y todos los restantes seres humanos pueden tener, sobre el mismo objeto, una creencia falsa.

Post scriptum. ¿Cuál será, durante los años restantes del siglo presente, la tendencia de la temperatura global? He aquí la respuesta de Armstrong: “No lo sé. Nadie lo sabe. Es imposible predecirlo. En algunas regiones como el Antártico disminuye la temperatura; y en otras, como el Ártico, aumentan. Eso es todo.”

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