Raymond J. Wennier

El otro día estuve reflexionando sobre el rol del maestro para la segunda década del presente siglo y de ahí en adelante, y frente a una sociedad cambiante sin un futuro exacto y predecible. Sin embargo, el maestro siempre va a ser el elemento importante en el proceso educativo. Se espera que cada maestro sea futurista en cómo preparar a los alumnos para esa sociedad incierta y sin saber qué tipo de puestos de trabajo habrá.

No cabe duda que el paradigma educativo tiene que modificarse para dar las mejores opciones preparatorias a los niños y jóvenes.

Para lograr eso, es necesario para el maestro, tener un diálogo interior sobre preguntas clave. Aquí presento algunas para estimular el pensamiento sobre ellas:

1. ¿Por qué me hice maestro? No importa si se graduó el año pasado o hace años, la pregunta siempre es válida.
2. ¿Por qué aún soy maestro activo, en un aula? No importa que haya tenido otras opciones de trabajo, ¿por qué sigo siendo maestro?
3. ¿Cuál es mi propósito a corto, mediano y largo plazo para los alumnos? Los autores del libro “The Big Picture”, citan según ellos, catorce metas reales de la educación para lograr con los alumnos. Sólo menciono dos, una, que sean apasionados en todo lo que hacen y dos, poder ver las cosas en forma diferente. ¿Será que mi propósito de educación es educar al niño y al joven completo?
4. Seguir preguntándose ¿Cómo incorporar nuevas ideas pedagógicas, estrategias, técnicas y actividades educativas en mi aula? Hoy día hay tantas opciones a mano, que nos presentan un dilema sobre cuáles son las mejores tanto para la efectividad de mi trabajo como para el mejor aprendizaje de mis alumnos. ¿Será que muchas de esas “nuevas” ideas son “fads” o realmente son opciones sólidas que sí deberían ser tomadas en cuenta para su aplicación en el aula?
5. Recientemente el tema a discutir es más para los alumnos de la secundaria en relación a la preparación académica para seguir en el nivel superior. Entonces, me pregunto ¿Cómo hago la transición de un nivel al otro?
6. ¿Quién soy yo como maestro? Si se habla de educar al niño y al joven completo, entonces mi juicio, el significado de la palabra educar se extiende a “formar”. Es mucho más que solamente pasar datos e información plasmados en el contenido del currículo.

Hablando del currículo, debería ser un conjunto de acciones dinámicas y adaptables a nuevas situaciones y requerimientos de este presente y del futuro. Especialmente permitiendo la expresión de los intereses, talentos individuales de los alumnos, utilizando la modalidad más fuerte de cada uno.

Yo soy constructor. La construcción inicia con la materia prima individual por tener un bagaje de conocimientos previos y así escalar las experiencias educativas cada vez más complejas. Para estimular la búsqueda y lograr una buena construcción, me vuelvo experto en la formulación de preguntas.

Un dicho para finalizar mi reflexión como maestro es, “Teaching is listening, learning is talking”, expresado por un alumno de The Met, un colegio en Rhode Island, Estados Unidos.

La transformación del sistema educativo se inicia con usted maestro. Si el recurso humano no cambia, no habrá progreso.

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