Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

«El recurso final del hombre destruido es el delito.» Hugo Foscolo

Es sumamente lamentable, para los que somos usuarios o no, del cine y la televisión nacional e internacional, cómo las diferentes cadenas televisivas se pelean los espacios más importantes transmitiendo series o películas, en las que la trama gira alrededor de todos los actos habidos y por haber relacionados con los peores ilícitos como los siguientes:

Narcotráfico, muchas series se relacionan con el narcotráfico enviando un mensaje confuso y decadente de la sociedad en general, veamos el hecho que sea una realidad no significa que se magnifique la misma presentando como héroes y heroínas, personas de carácter y líderes a los dirigentes de grupos organizados, transgresores de los principales delitos relacionados con hechos recurrentes y graves, como el narcotráfico, trata de personas, corrupción y la mayoría de males que afectan a las sociedades en general.

Vemos, se anuncian como series de acción, pero gradualmente ha ido creciendo el interés de los productores, directores, así como el público, es alarmante que aparezcan cada vez más películas y series relacionadas con estos grupos transgresores de la ley, tomando en cuenta que si no hay demanda no hay oferta y si los producen es porque tienen demanda.

Veamos, entrando a una famosa plataforma de series y películas, encuentro dentro de los primeros anuncios los siguientes títulos: «Dueños del Paraíso», relata la historia de una mujer que ha vivido dentro de la violencia y se debate entre la trama de amantes enemigos y ella es una narcotraficante; El Cartel, o Cartel de los Sapos, ha tenido más de una temporada, que al igual que la primera versión relata la historia de dos narcotraficantes de drogas, que navegan entre las aguas de los mares de México y Colombia, y como último ejemplo, La Señorita Pólvora, la historia de una mujer enamorada y que vive aparentemente un cuento de hadas, pero descubre que tanto su novio como su familia están involucrados en uno de los carteles más poderosos de México.

Como podemos observar, las tres mencionadas así como todas las demás, son actuadas por latinoamericanos, y se desarrollan en México, Chile y Colombia, tienen altos ratings de audiencia, pero, el prototipo presentado es eminentemente latino. ¿Será que solamente los latinoamericanos trafican con droga? ¿Y quiénes consumen esa droga? Además ¿Por qué permitimos ser ninguneados de esa forma, productores, escritores, actores, pero lo peor espectadores, ¿Tan poco nos valoramos? o ¿Aceptamos con satisfacción ser no los malos de la serie? No señor, somos los narcos.

Un día presencié la entrevista al gran actor Ricardo Darín, y le preguntan, si es cierto que el rechazó una oferta para actuar en Hollywood, en la película El Fuego de la Venganza, al lado de otro también gran actor: Denzel Washington, ¿El Motivo? Su papel era el de un narcotraficante y como lo menciona el actor argentino «Aquel señor de la droga, como en el 95% de las superproducciones, era latino.» Porque así nos ven, el problema estriba en que lo aceptamos.

El mensaje que enviamos es negativo, pero además todos participamos en una apología del delito, el elogio al crimen, es más listo quien mejor delinque, pero aderezado con sangre y sexo.

Los antihéroes, que no son precisamente caballeros andantes, se han apoderado de la audiencia, eso significa que algo muy mal está ocurriendo en la sociedad actual, en la que se privilegia el antivalor, y después nos preguntamos ¿Por qué estamos hasta el cuello de corrupción y otros males más? Porque nosotros somos parte fundamental del problema, no nos dejemos ningunear, que bastantes valores tenemos, y Darín no es el único que piensa así, somos muchos más, millones, ya no aceptemos papeles en la vida diaria tan degradantes como ser siempre los delincuentes, porque las series y películas nos encasillan ante la sociedad global como los narcos, asesinos y maleantes.

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