Grecia Aguilera

Alguna vez Margarita Carrera le dijo a Jorge Luis Borges “¡Usted es Homero!” Sorprendido por tal afirmación, el escritor argentino le preguntó “¿Y usted, quién es?” Margarita pensando en Odiseo respondió “¡Nadie!”. Esta respuesta significa que ella posee todo un cargamento de sabiduría, así como también el deseo de aprender cada vez más en el continuo suceder de la existencia. Mi señor padre, el maestro don León Aguilera expresaba: “Únicamente los seres humanos que son grandes de espíritu pueden ser humildes, y por su estado constante de discípulos lograrán entonces, en algún momento, llegar a columbrar el ‘Sacro Alcázar’ del conocimiento.” Durante el transcurso del tiempo Margarita nos ha demostrado constantemente que lo anterior en ella es muy cierto, especialmente lo que ha escrito en sus obras literarias, como por ejemplo en su libro titulado “Sumario del Recuerdo” en el que documenta sus memorias, su intensa vida entre los años de 1929 a 1981. Este volumen comienza con el terrible suicidio de su padre, antes de que ella naciera y del rechazo continuo de su madre. Una historia realmente dolorosa, pero Margarita logra salir adelante por medio del estudio y del trabajo constante. Otro valioso libro que forma parte importante de la historia de los Derechos Humanos en Guatemala es el titulado “En la Mirilla del Jaguar”, biografía novelada de Monseñor Juan Gerardi Conedera. De los libros de poesía de Margarita, el que más llama mi atención es el titulado en Latín “Iracundiae Dea” es decir ‘Diosa de la Ira’. Dentro de esta gema literaria, ella nos presenta una serie de poemas en los que exterioriza el profundo conocimiento que posee de la psique humana, revelando en cada palabra su yo interno, intrínseco, personal y taxativo. Margarita Carrera Molina nació en la Ciudad de Guatemala el 16 de septiembre de 1929. Filósofa, poetisa, catedrática, ensayista y periodista fue la primera mujer graduada en Letras de la Universidad de San Carlos en 1957 y la primera mujer que hizo su ingreso a la Academia Guatemalteca de la Lengua, correspondiente de la Real Academia Española en 1967. El Ministerio de Cultura y Deportes le otorgó el Premio Nacional de Literatura en 1996. Cabe destacar que este año 2017 la Feria Internacional del Libro en Guatemala Filgua, además de conmemorar los 50 años de haber recibido Miguel Ángel Asturias el Premio Nobel de Literatura, y 25 años de que le fuera otorgado a Rigoberta Menchú Tum el Premio Nobel de la Paz, ha sido dedicada también, precisamente a Margarita Carrera. Ella nació para defender la libertad, el amor y la justicia, respetando los valores y la dignidad de las personas; por ello creo que siempre nos hemos comprendido y entendido muy bien con Margarita. Siento que nos conocimos en un tiempo diferente, quizá junto a los grandes filósofos griegos y romanos, o talvez cuando las horas hilvanaron el collar de Afrodita, o cuando fuimos felinas en el Antiguo Egipto. Pienso que como Dante Alighieri, Margarita ha recorrido este mundo desde el Empíreo hasta el Averno, desde la dulzura más sublime hasta la más honda amargura, desde la alegría más grande hasta el dolor más profundo que ha podido sentir. Por ello le escribí mi poema titulado “Nacimiento de Psique” que manifiesta: “Sócrates, Platón/ la divina Safo, Séneca, Cicerón/ Anaxágoras, Júpiter/ toda la mitología/ Íbico, Yocasta/ reencarnaron en Margarita Carrera./ Los grandes poetas/ la historia, el dolor/ la justicia, el amor/ todo, todo/ reencarnó en Margarita Carrera./ Del campo la flor/ ardiente, noble, íntima./ Su pétalo señala/ la inesperada respuesta/ de la implacable rueda/ de la fortuna/ Si… No…/ Si… No…/ Pétalos de incertidumbre/ en la inesperada respuesta/ en el Kalahari perpetuo de la vida/ en el instante del Nacimiento de Psique/ caravana que celebra/ el oasis de la sabiduría.”

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