Marco Tulio Trejo Paiz

El invierno nos está brindando lluvias cada día en casi todo o en todo el territorio nacional.

Como deseable resultado, podrán ser cosechados en abundancia los productos indispensables para la alimentación popular, incluso podrá disponerse de margen para la exportación.

Estamos ya a la mitad de la temporada invernal, o sea en el primer trimestre de las lluvias.

Hace muchos años ya, cuando ejercía la Presidencia de la República el doctor Juan José Arévalo Bermejo, hubo un temporal muy crudo que inundó los ríos desbordándolos; provocó grandes derrumbes en las carreteras de terracería.

Debemos estar satisfechos por tener buenos inviernos.

En lejanos países de África casi nunca llueve, y por eso son completamente áridos.

Hombres, mujeres y niños sufren las consecuencias.

Hay inviernos en los que aquí cae el agua de lluvias a cántaros; sin embargo, en la parte oriental, a diferencia del resto de nuestro territorio, no llueve con regularidad, por lo que inevitablemente surgen serios problemas para los pobladores.

A guisa de ejemplo, cabe decir que durante el período invernal se producen enfermedades si no se adoptan medidas de protección corporal; como si no utilizan el paraguas: la capa los hombres o la sombrilla las féminas, o cualquier pliego o pliegos de plástico entre la pobrería. Las epidemias de gripe, que pueden ser fatales, no se dejan esperar, especialmente entre los niños y los ancianos que son débiles.

En Argentina, Carlos Gardel cantaba como con el alma y el corazón una bonita canción, ya pasada de moda, que decía: “En estas noches de frío, de duro cierzo invernal, llegan hasta el alma mía las quejas del arrabal”.

El autor de este articulejo, jutiapaneco de pura cepa, charrangueando su guitarra española cantaba entre amigos y amigas muchas canciones que iban al paso de la ya lejana actualidad. ¡Y vaya que complacía a los coterráneos amigos, a damas y damitas!…

Juan Pueblo, entre suspiro y suspiro, con lágrimas como de sangre rodándole en las mejillas, asimismo se entristece cuando escucha las canciones de antaño.

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