Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
Según un video publicado en las redes sociales del mismo presidente Jimmy Morales, los guatemaltecos no nos definimos, y tiene razón, porque no decidimos si en realidad queremos luchar contra la corrupción o no, si queremos una mejor justicia, un sistema de compras diferente, un sistema político mejorado, vivir bajo el imperio de la ley y un largo etcétera.
En el referido video se mira al Presidente exaltado como le pasa de vez en cuando, pegando gritos a ratos y habló de varios temas medulares (Congreso, Contraloría, imperio de la ley, rendición de cuentas y otros), pero el mandatario no termina de dejar en claro qué rol jugará en este momento definitivo en la historia.
Guatemala está en un punto de inflexión con dos bandos definidos: los que desean que las cosas vuelvan a 2015 y los que desean que 2017 marque el año en el que haciendo las cosas al tenor de la ley, nos aseguramos de generar oportunidades y riqueza sin dejar a nadie atrás en la pobreza.
Para lograr lo segundo, del bando en el que yo me encuentro, necesitamos un Congreso que atienda el clamor popular de una nueva justicia que privilegie la carrera judicial y le quite las armas administrativas a los magistrados que sirven para premiar o castigar jueces, de un sistema político en el que los partidos no tengan monopolio para designar candidatos al Congreso (y no haya listados), de una nueva Contraloría de Cuentas para que pueda ser un verdadero ente de fiscalización, de un nuevo orden y sistema de compras y adquisiciones porque con el modelo de hoy, es imposible lograr una correcta ejecución de los recursos porque se sigue favoreciendo la corrupción y necesitamos que los megaproyectos del país sean otorgados de forma transparente sin necesidad de prácticas inadecuadas.
Pero a juzgar al día de hoy, el discurso de Jimmy Morales no va acorde a sus acciones porque se ha distanciado de las reformas al sector justicia, se ha mostrado en contra de la lucha contra la corrupción, en contra de la recolección de impuestos, excusándose en la separación de poderes para echarle el muerto a un Congreso (en el que metió las manos para elegir a Óscar Chinchilla) de que el país siga igual aunque él tampoco ha ejercido el mandato de las urnas y eso sin dejar por un lado su terrible expresión de que la corrupción es normal.
En el video al que hice mención al principio, Morales les dice a sus Ministros ejecutemos y si nos vamos a la cárcel, pues nos vamos y aprovechando esa disposición, arriésguese a ir a la cárcel, pero porque de verdad le entra de lleno a los vicios del sistema y no se arriesgue a parar en el bote porque se firmen cosas para que se ejecuten los negocios (la razón de la no ejecución es que no han hallado la manera de legalizar las sobras).
No haga las de Serrano, pero sí use su mucho o poco poder para dos cosas: liberarse de sus roscas que hasta le pagaron el lobby, que aprovechan su situación personal para utilizarlo y volqué su poder en contra del epicentro del cambio: el Congreso de la República.
Usted, si de verdad quiere cambios, debe mandar por un tubo a su clica de diputados y aliarse con la gente, para que sea ese su motor de presión en un Congreso que no se mueve porque desea que el sistema siga intacto.
Si usted no logra o no quiere utilizar ese camino, todo lo que pueda decir incluso pegando de gritos, queda en el aire porque el país está en un momento clave que necesita voluntad, compromiso y entrega de todos aquellos que queremos algo mejor.
Estamos llamados a respaldar nuestras palabras con hechos y por eso, es importante que su discurso y su actuar cierren esa brecha que hoy lo ha pintado como un mandatario que dice una cosa, pero hace otra.