Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
Cambiar el país es una carrera de resistencia no de velocidad, aunque tampoco podemos mantener un ritmo de tortuga porque hay mucha gente sufriendo, muchas personas en necesidad, sin futuro y que solo piden tener un cara a cara con las oportunidades y mejor aún si es en su tierra natal.
El sistema que tenemos se ha venido descomponiendo y enviciando durante años y por lógica recomponerlo no será de la noche a la mañana, pero tampoco puede ser un proceso que nos dure cien años porque eso es justamente lo que desean todos aquellos que no quieren cambios.
Dentro de ese esfuerzo, todos los guatemaltecos tenemos que estar dispuestos a alcanzar acuerdos, en especial aquellos que tienen un lugar en la mesa donde se toman las grandes decisiones de país y un factor clave para poder alcanzar esos acuerdos es la transparencia que permita ir recobrando la confianza. Uno de nuestros grandes problemas es que no confiamos en los demás porque se ha vuelto normal que nos mientan en nuestra cara.
Y en virtud que tengo conocimiento que hay algunos esfuerzos en esa línea de buscar acuerdos, creo que es importante que cada quien vaya poniendo sus cartas sobre la mesa para fomentar la transparencia para alcanzar los acuerdos.
En mi caso, yo no estoy dispuesto a negociar el cumplimiento de la ley ni la lucha contra la corrupción y la impunidad. Sí creo que se deben ampliar los casos para que no solo sea gente del gobierno o del Partido Patriota quienes deban afrontar las consecuencias, sino que podamos voltear la vista a otros gobiernos y partidos (puesto que algunos excandidatos están de lleno en el esfuerzo en contra de la CICIG y el MP).
Si queremos construir un futuro con leyes a la medida o con una aplicación selectiva, estamos condenados a repetir lo mismo porque no habrá posibilidad de lograr el tan famoso y cacareado mundo de “las reglas claras”.
Otros dos aspectos que considero vitales son, primero, el electoral puesto que no podemos seguir dependiendo del monopolio de los partidos políticos para nombrar candidatos al Congreso y de los famosos listados. El Congreso de hoy es consecuencia de ese sistema en el que se han atrincherado los mafiosos.
Y otro tema que creo vital, porque sin él nunca habrá dinero que alcance, es el relacionado a las compras, adquisiciones, ejecución y fiscalización del gasto público. Solo el Ejecutivo tiene 255 unidades ejecutoras y si a eso le sumamos que al menos cada municipalidad tiene una, estamos hablando de más de 600 unidades a las que hay que fiscalizar con una Contraloría que no tiene ni capacidad ni voluntad para de verdad entrarle a los problemas.
Ahora se dice que hay una paralización porque nadie quiere firmar nada y hay que aclarar que la paralización es porque en algunos casos no saben cómo hacer los negocios, porque aunque la ley actual sea una vaina, si se cumple con toda la tramitología nadie va a terminar en la cárcel. Que se tardan más, sí, pero eso es por la ineficiencia estatal. A los que les preocupa la prisión son los que están maquinando los negocios (la ANAM por ejemplo, cuyo jefe quiere ser Presidente) y si yo estoy equivocado, es bueno que quienes desean hacer las cosas de manera correcta alcen la voz y pidan un nuevo sistema de compras.
Esos son, a mi juicio, temas torales; los demás cada quien los defenderá de acuerdo a sus ideologías, pero creo que en los puntos planteados, no cabe debate ideológico y justamente la idea es que encontremos puntos de acuerdo que nos unan a los que de verdad queremos una país mejor. Eso tampoco quiere decir que otros temas no sean vitales, pero dadas las condiciones, debemos ser capaces de alcanzar algunos acuerdos para sentar las bases de la Guatemala del futuro.