Edith González

Cien días han transcurrido luego del incendio provocado en el Hogar Virgen de la Asunción, por dos internas, a decir de sus compañeras que se encontraban, incluso, dentro del salón y que fueron testigas de la acción que puso en riesgo a 56 adolescentes y terminó con la vida de 41 de ellas.

Seguramente las 15 que lograron sobrevivir nunca olvidarán ese día, sus quemaduras visibles y sus heridas internas no se los permitirá, pero con seguridad será más grande el dolor de saber que fueron internadas en ese lugar porque sus padres no fueron capaces de cuidarlas, de educarlas como mujeres de bien.

Sí, algunas estaban allí porque sus padres, padrastros, abuelos… abusaron de ellas, por lo que fueron doblemente castigadas y recluidas “para evitar que les hicieran más daño”, otras porque sus madres consideraron que no las querían cerca, porque eran malcriadas, porque no les hacían caso.

Yo en estos cien días me he preguntado, ¿qué adolescente es 100% obediente, no contesta mal alguna vez…? y mientras intento entender a estos padres y madres de las niñas del Hogar Virgen de la Asunción, escucho que 5 de cada 10 niños cuyos propios padres han puesto una alerta Alba-Keneth no los reciben de vuelta.

Entonces, para qué poner la alerta, para lavarse la culpa de lo que pueda ocurrirle en la calle, para evitar ser llevados a un tribunal, para pasar como víctimas…

Y ahora qué hacer con estos niños y jóvenes, Ah!, pues claro el Estado es el que debe ocuparse y cargar con lo que pueda ocurrir, con la comida, la dormida, la ropa y todo lo demás que una persona necesita para crecer, y por supuesto usted y yo pagar los gastos que les corresponden a sus padres a través del pago de los impuestos y como reza el dicho “Limosnero y con garrote”. Ahora a meter presos a “todos”, culpable o no, al estilo de la canción, incluso al Presidente y de refilón tenemos nuevas autoridades, pensaron algunos aprovechados. Muy al estilo de la Fiscal General quien dijo: “lamentablemente el Presidente no me incluyó en la delegación”. Como no lo hizo con el resto de los 18 millones de guatemaltecos; reclamando que no la llevaron al viaje. ¿Y si no estaba invitada…? a pues que importa, protestar contra el Jimmy y pedir su renuncia, eso sí es importante.

“Yo no estoy dando instrucción a nadie que quiten o pongan llave en todas las instituciones o edificios”, dijo el mandatario. Aunque cualquiera con dos dedos de frente puede darse cuenta que encerrar con llave a un grupo de adolescentes que recién fueron reingresadas a la institución de donde se escaparon no es problema. El verdadero problema es abandonarlas al cuidado del Estado, darles la espalda y poner excusas para no cuidar de ellas, para no darles amor y comprensión. Y por supuesto, no abrir la puerta cuando fue necesario hacerlo y al igual que los padres abandonadores, no escucharlas y reculpabilizarlas.

Fabricar culpables para calmar al pueblo y echarle los leones al Presidente, a los directores y a todo el que se pueda, porque no se trata de quién me las debe sino quién me las paga, ese sí es el problema.

Artículo anteriorInjusticia y desorden en Petén
Artículo siguienteDesalojos y muertes (Parte II)