Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Recientemente en uno de los medios de comunicación social escritos de mayor circulación, en la sección denominada “Mundo Económico”, la conocida periodista Rosa María Bolaños escribió un artículo titulado: “Salario real es menor por alza en productos”, con un recuadro que contiene la opinión de Wilson Romero director del Instituto de Investigación y Proyección Sobre Economía y Sociedad Rural, perteneciente a la Universidad Rafael Landívar, quien representó a la URNG en las discusiones del Pacto Fiscal que se discutiera en la Vicepresidencia de la República en los años 2000-2001.

Para mí fue muy interesante y satisfactorio el contenido del artículo, que en muchos aspectos he manifestado durante varios años; por cuanto como no soy un vocero ni de la derecha, ni de la izquierda, ni del centro político, tengo la libertad de poder opinar, especialmente como producto de mi formación social cristiana y de ser un seguidor de las encíclicas papales sobre el trabajo

Vuelvo a repetir, ningún programa de subsidio puede suplir a los salarios justos, los que todo gobierno está obligado a actualizar, año con año.

La inflación, especialmente el aumento que los productores hacen en los precios de los alimentos de la Canasta Básica Alimenticia, obliga a que los salarios en general y en especial el salario mínimo se actualice en relación a la inflación del año anterior, y a la proyección de la inflación del año siguiente. Debe incrementarse más si se desea aumentar el poder adquisitivo de todos los asalariados.

En el sector público, los pactos colectivos, por ejemplo el del Congreso de la República, el de los ministerios de Trabajo, Salud Pública y Economía tienen establecido sustanciales aumentos, año con año.

Esto no ocurre en el sector privado y salvo los empresarios justos y conscientes, los salarios mínimos permanecen estáticos.

Incluso, hay grupos que utilizando normas de la Organización Internacional del Trabajo impulsan el trabajo parcial para dividir las clases de trabajo en dos y con ello obtener las ventajas de la productividad de los laborantes que tienen toda la energía en las primeras cuatro horas de trabajo.

Algo similar sucede con los maquileros que lograron que Álvaro Colom les regalara un salario mínimo inferior para así exportar productos de la maquila a un a menor costo.

Reza el dicho que nadie es profeta en su tierra y por supuesto yo no pretendo serlo; sin embargo, puedo señalar que la experiencia de 79 años como dirigente estudiantil, como dirigente empresarial, inclusive dos veces presidente de CACIF; como abogado y notario y como dirigente político, en donde tuve el honor y la responsabilidad de ser diputado, primer Vicepresidente del Congreso, presidente en funciones del mismo, Vicepresidente de la República y presidente en funciones 82 veces, puedo reiterar lo que el Gabinete Económico le recomendó al presidente Alfonso Portillo cuatro veces: “hay que aumentar los salario mínimos, hay que actualizar y aumentar la bonificación salarial”.

No hacerlo de forma adecuada es traicionar a la mayoría de la población que democráticamente eligió al presidente y vicepresidente de la República, de éste y de cualquier futuro gobierno, que también eligió a los diputados al Congreso de la República y a los alcaldes.

¡Guatemala es primero!

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