Edgar Villanueva
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El Congreso de la República sigue dando señales de ser, por mucho, la institución del Estado de Guatemala que menos responde a las necesidades de la población, a pesar de ser la principal llamada a representar los intereses de la ciudadanía.

Hace cuatro días veíamos una pequeña buena noticia al conocer que el Congreso aprobaba la Enmienda con Sustitución Total número 5111, la cual modifica el Artículo 98 de la Ley para el Desarrollo de la Cultura Física y el Deporte otorgándole superioridad a los estatutos internacionales del deporte sobre cualquier estatuto nacional. La adopción de esta enmienda da viabilidad a la Federación Nacional de Fútbol para continuar con la normalización de sus actividades después de los escándalos de corrupción que llevaron a su suspensión en octubre de 2016.

Unos días después, la bancada Convergencia hacía una propuesta a la Dirección Legislativa del Congreso para aprobar la expropiación de tierras para entregar a parte de la población en situación de pobreza y extrema pobreza, demostrando que no hemos aprendido las lecciones del pasado y que preferimos las medidas populistas que generen titulares de prensa a sentarnos a desarrollar procesos de largo plazo que permitan el acceso a la tierra.

Hoy conocimos que los diputados han aprobado la legislación que les asegura el pago de sus prestaciones. Según el diputado, Orlando Blanco, la medida es únicamente una recomendación a la Comisión permanente para que cumpla la Ley e indemnice por la totalidad de los ingresos de los diputados. Los mal llamados “padres de la patria” ignoran vilmente las anomalías que determinara la Contraloría General de Cuentas el año pasado, precisamente en el pago de prestaciones de los diputados, las cuales se debían pagar únicamente sobre el sueldo base de Q9 mil 500 y no sobre el sueldo total. Critico esta medida con conocimiento de causa, pues durante el tiempo que estuve en el servicio exterior, los servidores públicos recibíamos nuestros aguinaldos sobre nuestro salario base, sin contar gastos de representación y otras asignaciones. ¿Por qué habría de ser diferente para los diputados?

Señores diputados, la ciudadanía les exige que se concentren en el fortalecimiento de las instituciones encargadas de cumplir con las leyes y que dejen de estar haciendo payasadas. Para regalar lo que no les ha costado un centavo, ni un día de trabajo son eternamente ágiles y no digamos para recetarse beneficios. Nos gustaría verlos sin corbata peleando por el aumento del presupuesto del Ministerio Público, por la aprobación de una Reforma Constitucional representativa o por la aprobación de mecanismos que permitan el desembolso ágil de las instituciones encargadas del combate a la desnutrición crónica, y no rasgándose las vestiduras por interés propio.

Solo espero que, como ciudadanía, estemos tomando nota de estas acciones y que no cometamos los mismos errores en las próximas elecciones. Apoyemos las iniciativas que promueven el voto directo para el Congreso y cobremos en las urnas la falta de acción de los diputados en los temas de nuestro interés.

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