Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
El martes presentó la Contraloría General de Cuentas (CGC) su informe anual del ejercicio fiscal del 2016 y muy poca gente ha quedado satisfecha. Los señalados dicen que el informe es una barbaridad, que el dinero que invierten se ejecuta con transparencia (a pesar de los fideicomisos), que el Contralor desconoce las leyes orgánicas y las facultades que éstas otorgan y muchos otros comentarios.
Hay otros que desde la esfera social estiman que no se señala con la misma vehemencia los millonarios negocios que se fraguan sigilosamente. Además, se dice que los señalamientos de la CGC son como las acusaciones a Al Capone, es decir, por lo menos cuando habría un mundo de posibilidades de denuncia y por cantidades mayores, pero resulta que «es lo pequeño» lo que a veces se puede probar.
Por la minada capacidad de la Contraloría, ente cooptado de manera histórica porque es la clave en minimizar o aumentar la lucha contra la corrupción, las auditorias no se hacen al 100% de las alcaldías ni a todas las unidades ejecutoras del país, sino que imagino que dependiendo el sapo así es la pedrada de fiscalización.
Pero el punto que no debemos perder de vista es que este informe se presenta todos los años, se presentan los hallazgos, se presentan las denuncias, se hacen las sanciones, los comentarios duran un par de días y luego de eso no pasa nada porque las condiciones y las reglas de ejecución siguen siendo las mismas. Ha habido cambios cosméticos en las reglas de ejecución que, como diría don Lorenzo Montúfar, resultan ser hilos de seda para contener a un león africano y de ahí no pasamos.
Y por eso es vital que la ciudadanía entienda que todo el aparato estatal de ejecución del gasto público fue convertido, a propósito, en un engorroso y entramado proceso con el afán de hacer casi imposible la fiscalización de los recursos públicos y facilitar los negocios. Se fueron creando muchos entes fiscalizables con el afán que fuera imposible fiscalizarlos a todos y cada vez se hiciera más accesible meter los goles.
Yo he sostenido en el pasado y lo sigo haciendo en el presente, que dadas las condiciones del país es necesario que pasemos una etapa de transición en el tema de ejecución del gasto público. Tal propuesta, desde mi punto de vista, pasa por una centralización temporal en un Sistema Nacional de Compras e incluso, me atrevería a decir que es propenso hacer ajustes del tipo que sea necesario (aún constitucionales) para que la autonomía municipal se vea limitada en el tema de ejecuciones presupuestarias porque hoy son un cheque en blanco. Si algún día arreglamos la casa, entonces volvamos a la descentralización total.
Se pensó en la descentralización para que la ejecución de los recursos llegara de forma más eficiente a todos los habitantes del país, pero lo que ha habido es una centralización de los beneficios entre los alcaldes, diputados, gobernadores y Cocodes (algunos) en virtud de la cual han hecho chinche el dinero del Listado Geográfico de Obras (más de Q13 mil millones anuales). Si no, ¿cómo se explica usted dónde está ese dinero y en qué ha beneficiado a la gente? Yo creo que ha beneficiado a muchas familias, pero solo aquellas que están agarradas a las roscas de poder.
En las condiciones actuales los informes de la CGC seguirán siendo lo mismo todos los años, pero nadie puede sentir satisfacción de estar reportando lo mismo sin que se produzcan cambios y eso es algo que simplemente no puede pasar.
El Congreso ya sabemos que no hará nada porque sabe que el Presupuesto de la Nación es su gallina de los huevos de oro; los que se benefician de la corrupción desde la esfera privada tampoco porque no se pegarán un tiro en el pie; lastimosamente Jimmy Morales no termina de entender que él tiene la llave y nosotros, como sociedad, tampoco hacemos lo nuestro para jugar un papel determinante que logre incidir en el cambio.
En estas condiciones, no importa si Guatemala recauda 1 o 10, el dinero nunca llegará a la gente, y jamás servirá para atender las grandes necesidades porque el sistema está hecho para tener todos los años los mismos reparos de la CGC.