Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Si consultamos el significado de la frase principios y valores, el diccionario dice que los valores son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro. También son fuente de satisfacción y plenitud.

Los principios son el conjunto de valores, creencias, normas, que orientan y regulan la vida de la organización. Son el soporte de la visión, la misión, la estrategia y los objetivos estratégicos. Estos principios se manifiestan y se hacen realidad en nuestra cultura, en nuestra forma de ser, pensar y conducirnos.

Lamentablemente en esta época de tanta tecnología y computación, las personas, especialmente las más jóvenes, a pesar de la educación que sus abuelos, sus padres y educadores les transmitieron, sus principios y valores y, por consiguiente, su ética es menos adecuada.

Muchas personas dedicadas a la industria y comercio se apropian de los impuestos que recaudan, o consideran procedente evadir impuestos, todo lo cual les parece una muestra de habilidad. A ello se le agrega que no saben respetar a sus mayores; es decir, a quienes tienen la edad de sus padres y sus abuelos, incluso se permiten decir esos “viejos son tontos”.

Algo similar se produce en muchos jóvenes que son parte activa en la vida pública de la política, lo que me hace recordar la expresión de mi padre: “no por mucho madrugar se amanece más temprano” y también me hace recordar que la madurez no es un producto espontáneo sino es la acumulación de la experiencia.

Independiente que algún miembro de nuestro grupo familiar no sepa respetar, no comprenda que en una sociedad hay obligaciones y derechos, nosotros no podemos dejar de cumplir y de insistir a nuestros hijos nietos y demás parientes que respeten nuestra edad, nuestra madurez, porque las canas que tenemos son el símbolo de lo que somos, de lo que heredamos de nuestros padres, de nuestros antepasados y maestros.

El cariño familiar es un sentimiento, pero el respeto familiar y social es una obligación. Por consiguiente, no solo no se debe juzgar cuál puede ser el proceder de una persona sino con hechos concretos debe observarse si esa persona tiene principios y valores.

La ley de Dios dice honra padre y madre, lo que en esencia es respetar y amar a tu prójimo.

Por ello y con la autoridad de una vida de servicio en la dirigencia empresarial, en el sector público; y de una vida también de empresario responsable, insisto a los que son más jóvenes que yo, especialmente a la generación de 40 años para abajo, que no se equivoquen y sepan que los valores y principios, que la ética obliga moralmente a respetar.

Para decir que se es honrado no es suficiente el cumplir con sus obligaciones comerciales, se debe también respetar las leyes fiscales; como consiguiente, pagar los impuestos que se recaudan como el IVA, pagar los impuestos legalmente establecidos como el Impuesto Sobre la Renta y el Impuesto Sobre Utilidades.
¡Guatemala es primero!

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