Juan Antonio Mazariegos G.
Este mes, en el transcurso de su 67º Congreso que se desarrolló en Bahréin, la Federación Internacional de Fútbol, más conocida como FIFA, confirmó la suspensión de las federaciones de Guatemala y de Kuwait de cualquier participación internacional en ese deporte.
Para el caso de Guatemala la suspensión obedece a que la Asamblea del fútbol guatemalteco, integrada según entiendo por los representantes de las Asociaciones Departamentales y de ligas de ese deporte, no confirmó al Comité de Regularización que había impuesto la FIFA a Guatemala luego del escándalo de corrupción en el que se vio envuelta la Federación anterior dirigida por Bryan Jiménez.
Hablar de posiciones correctas o de buenos y malos en el mundo del fútbol en Guatemala sin duda iría mucho más allá de mis conocimientos sobre las interioridades de las instituciones en pugna o de las personas que los integran. Lo que si puede palparse e imagino que no es solo mi percepción, luego de los múltiples procesos por corrupción a nivel mundial que se persiguen, es que la FIFA se ha convertido en un antro de negociaciones de dinero y de poder en donde las posiciones efectivamente se encuentran distantes, pero sobre todo distantes del crecimiento del talento de los jóvenes y del desarrollo del fútbol como tal que debieran de ser su funciones principales.
No estoy en absoluto de acuerdo con que FIFA se considere a sí misma como un supra organismo que se encuentra por encima de la justicia o de los Gobiernos de los países que lo integran, es tal el grado de impunidad que persigue el organismo que la suspensión de la Federación de Kuwait se debió a “injerencia gubernamental” un término que indica que algún Kuwaití se atrevió a cuestionar ante los tribunales de justicia de su país alguna decisión de órgano de FIFA y por ello se suspendió a la Federación de ese país.
Al final lo que importa es el desarrollo de nuestro jóvenes en aquello que les interesa y el fútbol sigue siendo un importante imán para los sueños o la vida de muchos de ellos. Solo por eso cabe pedir mesura a las partes en pugna para que la situación se regularice, para que nuestros futbolistas puedan competir a nivel internacional y continuar persiguiendo sus sueños. Yo no espero mucho de la dirigencia deportiva del fútbol, como en la vieja Roma a base de pan y circo todo se aguanta y entiendo que mientras haya circo, entretenimiento, la FIFA seguirá siendo Doña FIFA.