Javier Monterroso

Esta semana escaparon nuevamente dos personas que se encontraban recluidas en las cárceles del país, y aunque en ambos casos se trata de acusados de delitos graves, sin lugar a dudas la fuga que más llamó la atención de los medios y la ciudadanía fue la de Marixa Ethelinda Lemus alias «La Patrona», quien se fugó del cuartel Mariscal Zavala, que como todos saben está siendo utilizado como cárcel desde el año 2015, de hecho en este se encuentran recluidos la mayoría de los acusados de hechos de corrupción que la CICIG y el MP han perseguido desde hace varios años.

Lamentablemente las autoridades estatales, los medios de comunicación y la ciudadanía solo se preocupan del tema penitenciario cuando algún reo escapa y en menor medida cuando un privado de libertad es asesinado en el interior de la cárcel, de lo contrario preferimos hacer como que estos centros no existieran, seguramente porque creemos que en ellos se encuentran recluidos quienes violaron las leyes que mantienen unida a la sociedad, y que de alguna forma las condiciones infrahumanas en las que se encuentran son sólo un pequeño castigo para el sufrimiento que ellos mismos hicieron pasar a otros seres humanos, pocos saben que el año pasado murieron más de 100 personas en las cárceles del país.

Sin embargo la situación en las cárceles no afecta sólo a los privados de libertad y sus familias, el que no exista un sistema penitenciario eficiente repercute directamente en la seguridad de todos los ciudadanos, desde el interior de las cárceles se siguen ordenando la comisión de diversos delitos, y en los casos donde se cuenta con los medios suficientes se puede salir de ellos caminando tranquilamente como fue el caso de «La Patrona».

Por supuesto que si bien existe una responsabilidad social compartida por el abandono del sistema penitenciario hay también responsables directos, en primer lugar el Director General del Sistema Penitenciario, quien tiene dentro de sus funciones velar porque los diferentes centros de privación de libertad cuenten con los niveles de seguridad adecuados; en segundo lugar el Ministro de Gobernación, que debe tener como prioridad la seguridad en las cárceles, pero también el Ejército tiene responsabilidad directa, pues aunque esté siendo utilizado como cárcel la seguridad de un cuartel sigue siendo responsabilidad de las fuerzas armadas. De estos solo el Director del Sistema ha sufrido las consecuencias políticas y administrativas correspondientes, pero ya son muchas llamadas de atención para el ministro Francisco Rivas, quien debe poner sus barbas en remojo, nadie duda de su honestidad y de su deseo de hacer las cosas bien, pero la fuga de «La Patrona» y de varios reos peligrosos desde el año pasado, la situación general de las cárceles y la actuación policial en la tragedia del Hogar Seguro son sin lugar a dudas errores que le serán señalados en su próximo futuro político.

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