Marco Trejo

La falta de educación en nuestra Guatemala provoca que haya problemas que afectan a la sociedad en general.

La Constitución Política contempla el legítimo derecho de servicios públicos, pero se ha desnaturalizado ese precepto y diariamente comprobamos que no se presta un servicio, sino se ha olvidado el propósito de una empresa de transporte de pasajeros extraurbanos que, en vez de dar un servicio, se ha convertido en un causante de atropellos y de muerte.

Hago alusión a eso porque si vemos el significado de servicio público se comprende que debe ser propicio por la empresa para que satisfaga necesidades de la colectividad, pero aquí, en la Tierra del Quetzal, no se cumple.

Hace tres meses, por el obelisco de Vista Hermosa, el piloto y su ayudante de autobús colectivo pretendían que otro conductor que viajaba en su automóvil aumentara la velocidad, cuando la ley preceptúa una circulación no mayor de 70 kilómetros.

El conductor del pequeño automotor no podía aumentar la velocidad de la circulación, por lo que el chofer del autobús extraurbano le pasó con el armatoste; en el bulevar Los Próceres se bajó con el ayudante blandiendo machetes para intimidarlo.

Varias personas que circulaban en dicha vía empezaron a apoyar al amenazado por los energúmenos macheteros del transporte del servicio público.

Esa agresividad va contra la integridad física de las personas; es reprobable que en las carreteras circulen personas para cometer graves hechos intimidatorios punibles.

Los cafres de la carcacha venían de Jutiapa a la capital como locos ambiciosos tras una herencia.

El conductor presentó la denuncia ante la Dirección General de Buses Extraurbanos para que sancionaran al propietario del autobús que pone a manejar a individuos irresponsables, agresivos y abusivos. ¿Cómo será que tratan a los usuarios del transporte colectivo?

Es importante que se controle este tipo de servicio, que por naturaleza es para satisfacer una necesidad de transporte colectivo, pero con esa clase de hechos lo que acontece en las carreteras son, en realidad, cofres de la muerte.

Artículo anteriorMnuchin afirma que a socios de Estados Unidos les gustan las políticas de Trump
Artículo siguienteFuego en la Reserva de Biosfera Maya