Ayer, el mismo día que se llevó a cabo la audiencia ante el juzgado correspondiente por el caso contra la entonces magistrada Blanca Stalling, el Consejo de la Carrera Judicial decidió separarla de dicho cargo y notificar al Congreso para que se elija a quien vaya a sustituirla.
El juez Carlos Ruano ha acusado a la señora Blanca Stalling de haber intercedido para que su hijo, Otto Molina Stalling, quien está preso por corrupción en el IGSS, recibiera beneficios que le permitieran salir de prisión. La ahora exmagistrada citó al juez y existe grabación de dicha reunión.
Para nadie es un secreto que el secuestro institucional del Organismo Judicial y del sistema de Cortes del país ha sido una de las piezas clave para mantener la impunidad que ha garantizado el éxito de los corruptos en Guatemala.
¿Quién puede imaginar un país en el mundo donde una familia entera tiene desde magistrada, jueza, abogado de bufete de “milagros” y operador de actos corruptos dentro de una de las instituciones con más recursos del Estado? Donde todos están presos y siguen gozando de beneficios como se demostró con el video de Stalling utilizando a una guardia del Sistema Penitenciario como su cargadora de bultos mientras de manera campante camina en total libertad.
Es un avance que se haya dado este paso, aun cuando entendemos que ahora le toca a un muy descarado Congreso de la República elegir al sustituto en la magistratura. Recordemos que muchos diputados y exdiputados están ya incluidos en procesos penales y otros podrían resultar acusados en un futuro cercano.
Para los que se han opuesto a una instancia como el Consejo Nacional de Justicia o como quieran llamarle, es este exactamente el ejemplo de lo que se quiere evitar para que termine siendo el aparato de administración de justicia una oficina de gestión de favores de los poderosos que se han apropiado y monopolizado del sistema.
Haber puesto en evidencia a Stalling hizo que el Consejo de la Carrera Judicial tomara las decisiones ante la evidencia de lo sucedido. ¿Cuántas veces antes y con otros magistrados u otros poderosos no se habían dado hechos similares? Hay que recordar que Gudy Rivera lo hizo también al presionar a Claudia Escobar.
Es un avance la separación de esta señora, pero tenemos que estar claros que es importantísimo que se deje de deber el favor del puesto de los magistrados a los políticos que finalmente terminan pagando con la injerencia en el manejo de casos. La justicia, sin independencia, no es justicia.